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Antonio Tarabini

Entrebancs

Antonio Tarabini

Año nuevo (III): Incertezas y desconciertos

Através de estas líneas pretendo analizar cuál es el estado de ánimo de nuestra ciudadanía para hacer frente a las difíciles y complejas circunstancias que nos ha tocado vivir. La salud física y mental, las formas y hábitos de convivir y relacionarse, el ejercicio de una profesión y/o trabajo estable que nos posibilite acceder a niveles justos de bienestar, suma y sigue. Voy a limitarme a analizar los diversos estados de ánimo que nos provoca nuestra coyuntura socioeconómica aquí y ahora.

La Fundació Gadeso, desde sus inicios, ha tenido como uno de sus objetivos sondear la evolución los diversos estados de ánimo. El último, titulado Malgrat tot continua la incertessa (QG 412, enero 2021), es significativo: A pesar de los índices positivos de crecimiento económico, que reflejan todos los analistas, a pesar de la recuperación y creación de empleo propios a la precrisis provocada por la pandemia, los niveles índices de satisfacción son relativamente bajos. El impacto de la pandemia de la covid-19 todavía se hace notar pese a las vacunas, con la nueva variante ómicron, que acentúan las principales preocupaciones y nuestra capacidad (personal y colectiva) de hacerles frente y convertirlas en oportunidades. Dominan las incertezas.

Los primeros imputs analizados son las principales preocupaciones e inquietudes personales y colectiva. La principal preocupación es la situación económica (62%) que, a pesar de mejorar, sigue sembrando dudas; especialmente entre el segmento adulto (71%) y las pymes y autónomos (69%). Nuestra dependencia (casi exclusiva) del turismo y de sus servicios derivados, ha entrado en profunda crisis ante la presencia activa del covid-19. Hemos mostrado la debilidad de nuestra actividad productiva fundamentada en un turismo masivo concentrado en escasos meses y con un personal de escasa cualificación mayoritariamente contratado temporal y/o en precario. El año 2020, incluida su Temporada Alta, es la muestra de un modelo productivo y competitivo sin presente, ni futuro.

Resulta muy significativo que la segunda inquietud, fuente de incertezas y desconciertos, no es el paro (47%) sino la inestabilidad laboral (51%) que se acentúa en el segmento joven (64%). El acceso a la vivienda ocupa la tercera inquietud. Aunque economistas de renombre y las previsiones de diferentes organismos hablan de vuelta a la ‘normalidad’, la situación actual es considerada mayoritariamente entre mala y regular. El desconcierto toma carta de ciudadanía en diversos sectores de las denominadas clases medias. La crisis del 2008 las desmanteló. Los salarios siguen perdiendo poder de compra: suben un 2,82% en Baleares, mientras la tasa de variación anual del IPC en diciembre de 2021 ha sido del 6,5%, 8 décimas superior a la del mes anterior.

A medio plazo el futuro (no sólo sanitario) depende de la consistencia de la pandemia y sobre todo del ómicron (o de su sustituto). Para frenar la pandemia es fundamental la Vacunación que sigue a buen ritmo, a pesar de sus ‘adversarios’. El contagio del ómicron sigue vivo, aunque sus consecuencias son menos graves (fallecimientos y UCI). Es básica la reactivación de los PAC, la medicina de proximidad (médicos de cabecera). La atención a la crisis sanitaria es fundamental para nuestro presente y futuro no sólo en el ámbito sanitario. Incluso si pretendemos reactivar nuestra actividad productiva, incluido el turismo, es básico garantizar la seguridad sanitaria.

Resulta muy significativo que la segunda inquietud, fuente de incertezas y desconciertos, no es el paro sino la inestabilidad laboral

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Entre determinados sectores turísticos se confía en una recuperación económica, incluida la turística, el año 2022 o 2023. No quiero ser ave de mal agüero, pero determinados sectores consideran que la pandemia y sus secuelas han sido (y son) un puro accidente que una vez superado nos permitirá regresar a los «éxitos» de 2007-2009. Craso error. La necesidad de replantearnos nuestro modelo productivo, no sólo turístico, es básico.

En cuanto a la actuación del Govern Balear en la Gestión de la Crisis, ésta se puede considerar, a grandes rasgos, como aceptable (3,5/5). Sin embargo, los jóvenes se muestran significativamente más críticos, seguramente por las restricciones impuestas al ocio y a la falta de perspectivas sociolaborales. Entre los adultos, se destacan los esfuerzos del gobierno tripartito conjuntamente con los agentes sociales (CAEB,PYME,CCOO,UGT) para superar nuestras incertezas, desconciertos y temores, a pesar de las quejas más o menos sonoras por las restricciones a bares, restaurantes, comercios…, y la obligación de tener que presentar el certificado covid.

Si pretendemos construir una economía productiva sostenible, hay que compaginar el desarrollo económico con un progreso social y ambiental que favorezca el empleo de calidad, la igualdad de oportunidades y la cohesión social; y que garantice el respeto ambiental y el uso racional de los recursos naturales, de forma que permita satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras.

El gran reto es liderar y gestionar adecuadamente los Fondos Europeos (Next Generation) destinados a medidas estructurales capaces de reconvertir nuestras estructuras productivas. Mientras hay, haberlos haylos, que intentan «remover Bruselas» mediante la descalificación de los proyectos españoles. Y mientras asistimos al espectáculo de quejarse airadamente del «reparto» de los recursos financieros.

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