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Jose Jaume

Desde el siglo XX | Las alpargatas de Pedro Sánchez marcan territorio

Nunca en la política española unas veraniegas alpargatas calzadas por el presidente del Gobierno dejaron a la oposición descalza a la intemperie

Las alpargatas de Pedro Sánchez marcan territorio. EFE

Si la cuestión no fuera la tragedia, de extremo dramatismo, que es la evacuación de decenas de miles de afganos, el episodio bufo de lo sucedido en España daría para solazarse durante semanas con las consecuencias de hacer oposición al Gobierno cuando no existen mimbres para ello. Pedro Sánchez, presidente del Ejecutivo, estaba en Lanzarote al reventar la purulencia inoculada dos décadas atrás por el peor presidente de la historia de los Estados Unidos, George W Bush y sus neocons, que de una tacada han destrozado los equilibrios en Oriente Medio y dejado Afganistán hecho unos zorros. Bush dispuso de la perruna sumisión de José María Aznar dispuesto a rescatar a España del rincón de la historia. Desenlace conocido. En agosto de 2021 el agujero negro que siempre ha sido Afganistán, capaz de engullir a Alejandro Magno, genio militar de la Antigüedad; al desaparecido Imperio Británico; a la volatilizada Unión Soviética; ahora a Estados Unidos. Afganistán ha situado a Occidente, a la OTAN, a la subsidiaria Unión Europea, ante espantoso ridículo, ante no menos humillante dejación de responsabilidades.

Pedro Sánchez de vacaciones. Se inicia el caos en Kabul. Truena Pablo Casado vociferando contra la inacción de Sánchez. El líder del PP va crecido porque los sondeos le son benignos. Cree llegada su hora. Ocurre que el Gobierno sí está actuando. Sucede que no es verdad que Estados Unidos ignore a Sánchez. Se inicia el puente aéreo español. Los líderes de la Unión Europea se deshacen en elogios hacia él. «El alma de Europa» asegura la presidenta de la Comisión, la alemana merkeliana Ursula Von der Leyen. El presidente español habla media hora con Biden, desarbolado por lo que ocurre en el aeropuerto de la capital de Afganistán. Hay acuerdos. Bases de Morón y Rota puestas a disposición de los evacuados por los norteamericanos. El Rey de Marruecos, Mohamed VI, toma rápida nota dando por concluida la crisis con España. Torrejón enuncia cómo se lleva a cabo evacuación masiva. Las alpargatas veraniegas las calza Sánchez con el desparpajo que le caracteriza. Se mueve muy bien sobre el alambre. Sus osadas apuestas son las que más éxitos le han proporcionado. La evacuación es una de tales apuestas, que se está saldando con éxito apabullante. Aguardemos al desenlace. Las declaraciones de los ministros, las prolijas de la titular de Defensa, Margarita Robles, dan fe de cómo en política se rentabiliza todo. Qué hace la oposición del PP. Nada. Pablo Casado hasta llega tarde a Ávila, su tierra natal, asolada por incendio catastrófico. También en eso Pedro Sánchez le ha ganado la mano. Dicho lo que antecede, el Gobierno llega al otoño con asuntos graves pendientes de solventarse, si es que es capaz de hacerlo. Uno de los más peliagudos el del precio de la electricidad. Bruselas ya ha advertido que no caben intervenciones políticas como las que reclama Podemos. No las habrá. Algo habrá que hacer para que el recibo de la luz no sea inasumible. Pendiente también queda la resolución de los menores que llegaron a Ceuta. Lo de los alquileres. El contencioso catalán seguirá agazapado, dispuesto a saltar para incordio del Gobierno y gozo del PP, al que pocas cartas le quedan por jugar.

Vivimos tiempos acelerados, se hacen trizas las previsiones Todo muta a velocidad excesiva. Un ejemplo, en Alemania se había desahuciado al partido socialdemócrata, colega del PSOE; de repente, parece que a causa de las inundaciones y poco más, las cosas se han dado la vuelta: a un mes de las elecciones está en disposición de ganarlas. Veremos qué acontece con los refugiados afganos que llegarán al país. Votos para la extrema derecha. Problema para el Gobierno presidido por Merkel en el que, dato a considerar, las carteras más importantes están en manos de los socialistas. Aquí a las cuitas de PSOE y PP se acopla el extraño silencio de Vox. Qué pasa con los afganos españoles.

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