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Miguel Vicents

Vía libre

Miguel Vicens

El virus del miedo

Ningún virus se propaga más rápido que el miedo, ha recordado esta semana, antes de la suspensión del Mobile World Congress de Barcelona el periodista Iñaki Gabilondo. Esa fue precisamente una de las grandes lecciones que nos dejó la gran recesión, una lección no aprendida a la luz de los últimos acontecimientos. El miedo se alía con el poder en muy diferentes formas, atenaza al ciudadano y le inocula una sensación de incertidumbre paralizante ante la inseguridad económica, el paro, el extranjero o ahora una epidemia surgida en China, uno de los países menos transparentes del planeta en guerra comercial con Estados Unidos. El virus del miedo surge del desconocimiento y se cura con certezas, datos e información. Pero el mundo globalizado ha cambiado las reglas, prefiere otorgar máxima difusión a las alarmas, mientras esconde las respuestas contrastadas en canales secundarios de información; del mismo modo que en política, internacional o local, enfrenta a las posturas extremas y discrimina cualquier muestra de moderación, cualquier discurso ponderado, aunque contenga los datos clave. El canal informativo es multidireccional y nos otorga una sensación nunca antes experimentada de pluralidad, pero los nuevos dueños de la información global se cuentan con los dedos de una mano y saben que inoculándole ese virus del miedo el ciudadano es capaz de renunciar incluso a lo más preciado, a parcelas de libertad que ha costado años y años conquistar. Recuerden, el coronavirus es una epidemia menor a la gripe común.

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