Pau Gasol empezará este lunes el last dance con la selección. Y para poner el broche a su carrera no podría haber mejor pista de baile que Saitama, donde logró el oro mundial en 2006. Hubo momentos en los dos últimos años en los que el pívot bicampeón de la NBA era el único que creía que estaría viéndolo sobre el parquet y no otra vez desde el banquillo. Una lesión le impidió disputar la final del primer Mundial de España y, 15 años después y con 41, no estaba dispuesto a que otra le hiciera perderse otra cita en el templo japonés, donde abrirán el baile ante los anfitriones (14.00, TVE).

Si la lesión del mayor de los Gasol en las semifinales de 2006 unió aún más a La Familia e hizo que se conjuraran para dedicarle el oro en 2006, la lesión del pequeño de los Hernangómez ha sido un golpe para su hermano y para el resto del grupo. Juancho había apurado para estar pero finalmente se ha quedado a las puertas del Olimpo, después de que su equipo, Minnesota Timberwolves, se negara a dejarle viajar.

"La pérdida de Juancho es obviamente muy importante. Ahora no nos queda tiempo para lamentarnos, lo importante es arropar a Juancho, que ha sufrido una injusticia", valoró el sábado Sergio Scariolo. "Juancho está triste, decepcionado y como compañero y me considero también amigo, creo que a nivel personal no se ha hecho justicia -coincidió Rudy Fernández-. Él ha luchado desde el primer momento, y cuando un jugador se prepara tanto para estar en unos Juegos Olímpicos… Pero sabemos lo que es la Familia, vamos a estar con él y él con nosotros, y esperando a Xabi [López-Arostegui] para que se incorpore lo antes posible al equipo». 

Los cuatro supervivientes

El alero madridista es, junto a los Gasol y al Chacho Rodriguez, uno de los cuatro supervivientes del equipo que alcanzó la gloria. Y reconoce que volver a Saitama le genera un cosquilleo especial. "El pabellón sigue siendo el mismo, ha cambiado muy poco, y tenemos muy buenos recuerdos. Sobre todo, que en 2006 el Chacho y yo éramos unos chavales y ahora somos de los más veteranos del equipo. Es lo único que ha cambiado, la ilusión sigue intacta y ojalá podamos competir y competir por medalla en esta pista".

La generación de oro del baloncesto español ha conquistado dos Mundiales (2006 y 2019) y tres Europeos (2009, 2011 y 2015), pero se le ha resistido los Juegos, pese haber encadenado dos platas y un bronce. Y eso que la pista olímpica ha disputado dos de sus mejores partidos en estas dos décadas prodigiosas: las finales de Pekín-2008 y Londres-2012 contra el dream team comandado por Kobe Bryant. El mito angelino felicitó a Pau, su escudero en los Lakers, tras ambos encuentros en los que España puso contra las cuerdas a la galaxia de estrellas de la NBA. 

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Kevin Durant es ahora el único que continúa en un equipo de EEUU que parece humano, tras las derrotas ante Nigeria y Australia en la preparación y este domingo ante Francia. España, que ya tuteó al dream team en Las Vegas, se ve ahora con fuerzas de ir a por el oro que le queda pero para ello tendrá que resolver primero una fase de grupos en la que no cualquier despiste se paga caro.

Antes de los dos exigentes duelos ante Argentina (a la que tumbó en la final del último Mundial) y la Eslovenia de Doncic, tendrá que tumbar primero a Japón, que ya sorprendió hace una semana a Francia. "Japón es desde luego un equipo peligroso, le hemos visto ganar con grandísima facilidad primero a Bélgica y luego incluso a Francia, con una prestación realmente muy impactante", avisa Scariolo sobre el combinado que dirige el argentino Julio Lamas y cuenta con dos ala-pívots NBA: Rui Hachimura y Yuta Watanabe.