A la tercera va la vencida, pensará Mario Mola, quien esta madrugada, a partir de las 00:30 horas, afrontará en Tokio un nuevo intento de ganar su primera medalla olímpica tras haberlo intentado anteriormente en Londres 2012 y Río 2016.

El triatleta mallorquín tuvo que conformarse con el diploma olímpico en la cita brasileña, fue octavo clasificado, mejorando el decimonoveno puesto en su estreno en suelo británico.

Ahora Mola llega esperanzado al presentarse «en las mejores condiciones de siempre, porque en la preparación ha ido todo bien».

«Estoy muy tranquilo y con muchas ganas de que hagamos un buen papel porque el poder estar en Tokio y competir en los Juegos Olímpicos después de todo lo vivido desde el año pasado ya es una victoria», confesó el tricampeón del mundo (2016, 2017 y 2018).

Mola, que este año ha renunciado a disputar las Series Mundiales con el objetivo de centrar su preparación para los Juegos Olímpicos, participó en mayo en la Copa del Mundo celebrada en Lisboa, finalizando en una discreta décima posición.

El tricampeón del mundo lidera la representación española con opción a presea junto a Javier Gómez Noya y Fernando Alarza.

Noya, cinco veces campeón del mundo, sumará sus terceros Juegos Olímpicos con el objetivo de lograr una medalla como hiciera en Londres 2012, cuando se hizo con la plata. «Será una prueba muy dura y muy abierta y los tres españoles tenemos opciones», destacó el gallego.

Por su parte, el talaverano Alarza, que ya compitió en Río de Janeiro finalizando en decimoctava posición, llega a Tokio habiendo terminado como cuarto en la última prueba de las Series Mundiales, en la localidad británica de Leeds. «Este último resultado me ha servido para disipar dudas y confirmar que estoy muy bien de forma, además de suponer mentalmente un plus de cara a los Juegos», reconoció Alarza.

Los otros nombres a seguir en la cita de Tokio serán el noruego Kristiann Blummenfelt o el joven británico Alex Yee, que dejó fuera al doble campeón olímpico Alistair Brownlee y al actual campeón en Río de Janeiro 2016, el francés Vincent Luis.