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Tú y yo somos tres

La crítica de Monegal: Truculenta ‘Fiesta’ en T5 sobre el crimen de Tailandia

Reconstrucción del crimen en ‘Fiesta’, T5. EPC

No tienen freno. Lo que sea. Sin el más mínimo respeto para un ser humano muerto y descuartizado, ni para el acusado que se enfrenta a juicio por asesinato u homicidio, ni para las familias de ambos dos. ¡A saco y sin manías! Todo vale si hay negocio.

Telecinco, en el programa llamado ‘Fiesta’, ha hecho este fin de semana el espeluznante ejercicio de la ‘reconstrucción’ del crimen de Tailandia. Han decidido montar una cutre y tétrica escenificación inventándose lo que pudo ocurrir, o no, en aquella habitación. Han contratado a dos actores. Uno, para que haga una imitación de Daniel Sancho; otro, para que imite a la víctima Edwin Arrieta. Para el papel de Daniel han buscado a un joven actor de tez blanca, estilizado, y larga cabellera. Para el de víctima han seleccionado un actor de tez oscura, aspecto tosco, y casi energúmeno en su porte. Bajo las órdenes de un director escénico han procedido a la representación. Han sido dos. Con una no han tenido suficiente.

Primero, el programa ‘Fiesta’ ha imaginado lo que ocurrió según versión de la acusación. Luego, escenificaron lo ocurrido según la versión de la defensa. Los actores han conseguido hacer un teatro entre gore, espeluznante y roñoso. Pelea, golpes, mordiscos en el brazo por parte de la víctima cuando todavía estaba viva, su cráneo golpeado contra el váter por dos veces... Y el actor que hacía de Daniel, acariciando luego un cuchillo carnicero de grandes dimensiones, rodeado de bolsas de basura para depositar allí los restos descuartizados del muerto.

Ha sido un espectáculo canalla, además de bochornoso. No importa que el caso se esté juzgando en una corte de justicia, y que mientras esté ‘sub iudice’ no caben ‘shows’. Pasan por encima del respeto debido a la víctima; pasan por encima del respeto al acusado, que se enfrenta a pena de muerte o cadena perpetua; pasan por encima al respeto debido a las familias de ambos dos, y pasan por encima del derecho de la audiencia a recibir información y no macabra truculencia. El Ministerio de Igualdad debería tomarse la molestia de visionar este programa.

Al final, la presentadora y conductora del programa, Emma García, advirtió: «Se me encoge el estómago ¿eh?, viendo estas reconstrucciones, hay que decirlo, ¡tan bien hechas!». ¡Ah! El estómago. En efecto hay que tener un estómago muy particular para digerir esa ‘Fiesta’. A lo mejor no tiene.

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