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Tú y yo somos tres

La crítica de Monegal: Y por orden del Rey la tele pública pagó su silencio

Bárbara Rey, de cocinera en Canal 9.

Han concluido los cuatro capítulos de la 'docuserie' sobre Bárbara Rey (A-3 TV). Aceptables índices de audiencia: una media del 13,4% de cuota de pantalla. También ha sido interesante la estrategia de la cadena: en vista que Mediaset ha vetado a esta criatura, la han recogido rápidamente y la han transformado en estrella de Atresmedia.

Hasta aquí, un negocio perfecto. Vayamos a la 'docuserie'. Los historiadores serios advierten que las autobiografías siempre son versiones sospechosas: cada uno cuenta la película según le conviene. En el caso de Bárbara Rey, el punto trascendente no son sus años tórridos con Juan Carlos I –allá cada cual con su bragueta–, sino el uso y abuso de instituciones, estamentos y partidas monetarias del Estado para satisfacer los caprichos del pollo. Reta Bárbara Rey a quienes aseguran que le pagaron 600 millones de pesetas, diciéndoles: «¡Que lo demuestren!». Pero en este último capítulo han convocado al periodista Javier Chicote, que ha tenido acceso a la agenda de quien estuvo 14 años al frente del CESID (hoy CNI), Emilio Alonso Manglano, y allí se documentan las órdenes que daba Juan Carlos I al respecto: que se le pague a «la pariente» –así se refería a ella– con programas en TVE y también en Canal 9 de Valencia.Es decir, dinero público para asegurar su silencio. 

No es este el único saqueo al Estado. Todo el entramado de guardias, escoltas, espías, seguimientos, grabaciones, chaletitos, niditos de amor... Todo este colosal operativo a cargo del Estado se mantuvo durante años para mantener opaca la doble vida regia. Doble, triple, cuádruple... si añadimos lo de Corinna instalada en el palacete ‘La Angorrilla’, al lado de La Zarzuela; o el saqueo de cuadros del patrimonio nacional, dos Velázquez en concreto, de los que informaron el sábado en ‘La Sexta eXplica’ que Sabino Fernández Campo, exjefe de la casa del Rey, ya señaló: «Los he visto colgados en casa de una de las amantes del Rey».

En 1609, Lope de Vega, en su discurso en la Academia de Madrid, lanzó una advertencia célebre: «Cuidado con la cólera del español sentado». Exactamente. Cólera es la que nace viendo esta 'docuserie'. No contra Bárbara Rey. Ella al fin y al cabo –como tantas otras– con mayor o menor fortuna intentaba sobrevivir solamente. Lo que da coraje es la impune depredación pública causada por el otro, incluidos colaboradores.

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