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Perfil

Claudio Biern Boyd, el hombre que hizo llorar a una generación con 'David el Gnomo'

El productor, fallecido este lunes a los 81 años, deja como legado algunas de las series de animación que modelaron la memoria sentimental de todos los crecidos en los 80

Claudio Biern Boyd.

El 19 de abril de 1986, Televisión Española emitía el último episodio de la serie ‘David el Gnomo’, aquel histórico ‘La montaña del más allá’ cuyo título no hacía presagiar nada bueno. En efecto, David y su esposa Lisa se despedían para siempre del desconsolado zorro Swift y se convertían en cerezos en flor, que era una forma asaz poética de decir que habían muerto. Aquel trágico momento, revisado hoy en YouTube, todavía rompe el corazón, pero en 1986 fue devastador para una generación de sensibles espectadores nacidos entre los primeros 70 y primeros 80. Mares de lágrimas, gritos de incomprensión y un trauma emocional de difícil gestión, equivalente -o mayor- al de la muerte de la madre de Bambi o la del león Mufasa, hasta el punto que el creador de la serie, el productor Claudio Biern Boyd, acabó reconociendo con el tiempo que quizá se había “equivocado” dejando que David y Lisa murieran.

Biern Boyd, fallecido este lunes en Barcelona a los 81 años, deja como legado no solo la emotiva llantina ecologista de ‘David el Gnomo’, sino algunas de las series de animación que modelaron la memoria sentimental de esa generación crecida en los 80: su productora, BRB Internacional, fue la artífice también de ‘La vuelta al mundo de Willy Fog’ y ‘D’Artacán y los tres mosqueperros’. Es científicamente imposible tener cierta edad y no recordar, marcadas a fuego, ya no las infecciosas melodías de sus canciones, sino pasajes inmortales como “soy siete veces más fuerte que tú, y veloz”, “eran uno dos y tres…” o, quizá el mejor, “son 80 días 80, 80 nada más”, este cantado con la prístina voz de Mocedades.

Nacido en Palma en 1940 aunque criado en Barcelona, hijo de catalán de origen francés y de escocesa, Biern Boyd recibió el apelativo de “Walt Disney español” pese a que él mismo reconocía sin reparos que jamás había sabido dibujar. Estudió Derecho en Deusto y en Barcelona, y se inició profesionalmente en el mundo del márketing. Tras haber comercializado muñecos para la promoción de dibujos animados norteamericanos, en 1972 dio el gran salto al crear, junto a Tito Basto y José Rodríguez, la empresa BRB International, a modo de agencia de ‘merchandising’ y gestión de derechos de Hanna-Barbera (‘Tom y Jerry’, ‘El Oso Yogui’...) y de series como ‘Marco’, ‘La abeja Maya’ y ‘Vickie el Vikingo’. Poca broma. Ahí, como suele decirse, empezó todo: Biern Boyd era un tipo de fino olfato y pronto supo detectar los gustos infantiles de la época, por lo que en 1980 se lanzó a la producción y distribución de sus propias series animadas.

Coproducciones con Japón

La pionera fue la hoy poco recordada ‘Ruy, el pequeño Cid’, sobre la infancia de Rodrigo Díaz de Vivar, coproducida con la compañía japonesa Nippon Animation, a la postre la encargada del desarrollo técnico y artístico de algunos de los grandes proyectos ideados por Biern Boyd y su empresa. “En España tenías un dibujante aquí y otro allá, pero no había industria. Una serie de aquellas eran 13 horas de animación con todo el dibujo y el color hecho a mano. Los únicos que sabían y podían hacerlo eran los japoneses, que tenían una industria potente”, explicaba Biern Boyd en una entrevista en el diario ‘Ara’ hace poco más de un año con ocasión del estreno en cines de un estimable largometraje de Toni García que actualizaba el legado de D’Artacán.

En efecto, Nippon Animation era una empresa experta en la adaptación de guiones y novelas occidentales al anime, responsable de pelotazos como ‘Heidi’, ‘Marco’, ‘El bosque de Tallac’ o ‘El osito Misha’, así que la fórmula parecía perfecta. Y lo era: animadores con la mano rota y estupendos textos inspirados en grandes clásicos literarios. “Lo importante siempre», había asegurado Biern Boyd a la web ‘Serielizados’ “es el guión. ¿Y acaso hay mejores guionistas que Alexandre Dumas, Emilio Salgari o Jules Verne?”.

Biern Boyd coprodujo con Nippon Animation ‘D’Artacán y los tres mosqueteros’ y ‘La vuelta al mundo de Willy Fog’. Ambas obtuvieron un éxito sideral en sus emisiones por Televisión Española en 1982 y 1984, respectivamente. En 1986, BRB estrenaría ‘David el gnomo’, coproducido con la canadiense CINAR y la taiwanesa Wang Film Productions, que no solo dejó una honda conmoción (ya relatada) en la audiencia española, sino en un gran número de países que la adquirieron, incluidos los Estados Unidos. Allí, por cierto, BRB hubo de cortar tres escenas de la serie, en concreto las que Lisa amamantaba a sus gemelos; por lo visto, tenía los pechos demasiado grandes.

Valores sin violencia

“Procuro que todas mis series tengan un mensaje, que los niños reciban un valor. En el caso de David era la ecología, el respeto a la naturaleza; en D'Artacán la lealtad, el compañerismo. Siempre procuro que haya algo en el fondo de todo”, explicó Biern Boyd a la agencia EFE en 2010, con motivo de los 25 años de ‘David el gnomo’. En la citada entrevista con ‘Ara’, el productor apuntaba otro rasgo del ADN de sus series: “No hay violencia. ¡Lo tenía prohibido! Lo que si había era acción. La que quieras, pero sin heridas graves ni sangre”. Como él mismo había dicho alguna vez, “dos perros batiéndose en duelo con espadas son, por definición, pura fantasía”. Difícil describir mejor su modo, hoy quizá deliciosamente naif, de entender el mundo y las ficciones audiovisuales para niños.

Claudio Biern Boyd, en su candidatura a presidente del Espanyol en 2006. Jordi Cotrina

Además del mundo de la animación y la producción audiovisual, Biern Boyd tuvo en el Espanyol otra de sus pasiones, quizá la que más desvelos le causó. Reconocido ‘gentleman’ del palco de Sarrià, amable y educado, refinado y culto, siempre con el gesto plácido, fue directivo del club blanquiazul en diferentes etapas, llegó a ser vicepresidente e, incluso, optó a la presidencia en 2006, aunque no pudo con el carisma ameno del conservero Daniel Sánchez Llibre. “Si eres perico has nacido para sufrir, somos unos masoquistas y lo llevamos en el ADN”, aseguró, con conocimiento de causa, Biern Boyd, que habría cumplido 82 años en noviembre.

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