¡Ojo! La siguiente información puede contener spoilers sobre los últimos capítulos de 'La casa de papel'. Los que hayan visto el inicio de la quinta temporada, sabrán que los atracadores más internacionales de la pantalla se encuentran con el alma rota en el Banco de España intentando fundir el oro de la reserva nacional. Para impedirlo, Tamayo requerirá la ayuda de un experto interpretado por el actor Carlos Blanco. Hasta aquí podemos contar. Hablamos con el intérprete arousano que está a punto de estrenar temporada de 'La unidad' en Movistar + y que ha iniciado gira de 'Somos criminais 3' con Touriñán con escalada el 7 y 8 de enero en Vigo; el 22 del mismo mes en Pontevedra; el 4 de febrero en Vilagarcía y el 12 de febrero en Cangas.

¿Cómo ha sido su entrada en 'La casa de papel'?

Yo había hecho un casting para el papel de Bogotá que al final ganó Hovik Keuchkerian pero les gusté a las directoras de casting y me dieron un personaje en 'La unidad'. A los de 'La casa de papel' les había quedado mi casting y simplemente me llamaron.

¿Le resultó fácil el rodaje?

En ese momento estaba en Madrid en el Teatro María Guerrero haciendo una función que llevó varios premios Max, 'Atraco, paliza y muerte en Agbanäspach'. Tenía problemas de horario pero lo arreglamos y rodé por la noche. Me iban a buscar al teatro con un coche tras la función y me llevaban para grabar la serie.

Menudo tute.

Sí, porque además tuve que hacer muchas pruebas. Aquella semana tuve que hacer un montón de PCR. Las hacía en el teatro y la productora de 'La casa de papel' me hacía a mayores otras.

Aunque su papel es pequeño, ¿cómo se siente al participar en este serie que ha hecho historia?

Si soy sincero, me vino muy bien para pagar el piso alquilado en Madrid que fue carísimo. Vi la serie cuando nos quedamos cerrados en el confinamiento. Cuando me llamaron para este papel, no creas que le hizo mucha gracia a mi representante.

¿Por qué?

No le gusta que haga papeles pequeños. Me riñe, me grita, me dice que no haga eso. Pero tiene gracia estar en un producto que se ve en todo el mundo. Como no uso las redes, empecé a recibir mogollón de mensajes y llamadas diciéndome que me acababan de ver en la serie. La gente se quejaba de que no les avisase de que actuaba en ella. Es un papel pequeño, pero está bien y la repercusión es muy grande. El producto es muy potente.

Cuénteme algo del trabajo en equipo en esta serie.

Son muy minuciosos con su trabajo pero no más que en otras series. Eso sí, hay mucho secreto con los guiones, es una cosa terrible. Bueno, van con más calma en el rodaje, se pueden permitir el lujo de eso. A gran parte de los actores los conocía, incluido a Fernando Cayo, entonces era como estar entre amigos y lo pasé muy bien.

¿Qué más le llamó la atención del rodaje?

La seguridad. He trabajado para Netflix varias veces y sé cómo son. Te dan charlas en las que recalcan la cuestión del acoso. Son muy serios con ese asunto. Te advierten de que tengas cuidado cómo miras, a quién miras, que tengas cuidado... Sí, en eso, son muy yanquis. Aquí en España los actores nos achuchamos un montón, lo vemos como algo normal. A veces, incluso somos un poco exagerados en lo que nos queremos. Pero en Netflix recalcan el respeto, la distancia... Ese tipo de cosas sí que llaman la atención cuando trabajas para ellos.

¿Puede desvelar algo de la segunda temporada de ‘La unidad’?

El trailer ya circula por ahí. Lo que puedo contar es que es una unidad que lucha contra el terrorismo islámico y en esta segunda parte vienen ellos a por nosotros. Pasan al contraataque y pasamos de cazadores a cazados. Van a tener más peso actores y actrices norte africanos: argelinos, marroquíes. Esta temporada está a punto de estrenarse. En esta segunda parte, mi personaje se jubila pero se mantiene ahí de alguna forma. La mayor parte de mi trabajo era en un colegio y fueron a rodarlo a un pueblo de Guadalajara donde vive mi mejor amiga. Así que les dije que no me buscaran un hotel que me iba a un chalé con piscina, la casa de mi amiga. Y me pasé todo el mes de julio a 34 grados rodando en Guadalajara alternando con vueltas a Galicia a 19 grados. Así me pasé el mes. Pero la temporada tiene una pintaza... Dani de la Torre es un mago y creo que va a tener más capacidad de enganche que la primera que se vendió a medio mundo.

¿Se tuvo que preparar de una manera especial para estos nuevos capítulos?

No, porque me jubilan. En la primera temporada, sí tuve que hacer prácticas de tiro; en la segunda, hice prácticas de bata y zapatillas. Pero los guionistas hicieron una cosa muy bonita con mi personaje, ya veréis pero no lo puedo desvelar.

Teniendo en cuenta lo ocurrido con Alec Baldwin en el fatídico rodaje, ¿aquí tenéis miedo de pueda pasar en España lo mismo?

No sé cómo va en Estados Unidos, la verdad, pero aquí normalmente siempre hay un maestro de armas. Se hace con mucho cuidado. También hay que tener en cuenta que la nuestra no es una cultura de armas. Para nosotros, coger un arma es un asunto muy serio. Cuando agarro una pistola y ya me tocó unas cuantas veces, la cojo con mucho respeto.

Una tercera parte que han echado andar hace poco es 'Somos criminais'. ¿Cómo se encuentra?

Pues como ves, un poco afónico. Ha sido una paliza. Para echarla a andar tuve un mes y medio. Nos pegamos un palizón de trabajo muy serio, menos mal que éramos el mismo equipo y nos conocemos muy bien. En una semana, hemos tenido 7.000 espectadores. Salvo que la pandemia lo impida, parece que volveremos a llenar los teatros de nuevo. Es un espectáculo donde todo ha sido renovado. Es una hora y tres cuartos sin parar de hacer sketches y bromas, cantamos, bailamos. Touri es un tipo muy brillante y no paro de reír. A veces, no puedo aguantar la risa en el escenario con él. No es la primera vez que tengo que parar la función porque me troncho. Eso no tiene precio. Le damos una ración de humor y risas muy potente a la gente que es vital en este momento. Eso te carga de energía. Fue un año y medio donde bajaron las actuaciones.

¿Cómo prepara los papeles?

Camino y memorizo. Como vivo en la Illa de Arousa y hay unos paseos magníficos, además de la preparación psicológica del personaje, de entenderlo. Grabo el texto y voy una y otra vez escuchando hasta que lo memorizo. Si me ves andar por la Illa con cascos, ya sabes que estoy preparando un texto.

¿Le teme a esta sexta ola?

Tengo miedo de que nos afecte a los trabajos. Nosotros en el teatro somos directamente afectados, tuvimos que devolver 11.000 entradas vendidas cuando nos encerraron en el confinamiento. No hubo otra solución.