Empezamos la excursión en sa Plaça de Algaida, donde cogemos la calle de Sant Joan en dirección a la cruz y el pozo del Colomer. Continuamos hacia el sur por la calle Migdia, que coincide con la carretera de Llucmajor. Sin abandonar aún la población, torcemos a la derecha para coger la calle del Sol, a la altura de un molino.

Ya en la salida del pueblo, nos encontramos a la derecha con otro molino, el d’en Bosso. Dejamos de lado el camino de Son Gustí y de Punxuat, que avanza más hacia la derecha, y comenzamos a caminar por la carretera secundaria de Algaida a Llucmajor, por el Camí de Son Miquel Joan. Seguimos por la carretera y a los cinco minutos de dejar Algaida pasamos junto a las casas de Can Ricard (a la derecha). Un poco más adelante encontramos a la derecha un molino de viento extractor de agua (ver fotografía). Unos metros más adelante, con un pequeño pinar a la derecha, abandonaremos la carretera ancha para girar hacia la izquierda, por un camino más

estrecho pero todavía asfaltado, el camino de Son Roig y de l’Heretat. Pronto nos sale a la derecha la entrada a las casas de Na Llenderina. A la izquierda se extiende un pinar, mientras que a la derecha se levantan algunas encinas. Por la izquierda nos sale un camino que llega hasta la carretera de Algaida a Llucmajor.

Las casas de Son Roig

Después de una curva a la derecha, nuestro camino avanza con campos de viñedo a izquierda y, más adelante, también a la derecha, después de una hilera de olmos con una torre de un molino de agua detrás. Cinco minutos después, arribamos a las casas de Son Roig (39ºN 31.856 / 002ºE 53.387), por su parte posterior. La casa presenta dos plantas de alzado, con una caseta de una sola planta a su izquierda. Desde las casas de Son Roig proseguimos por el camino de Son Seguí y de l’Heretat, dejando a la derecha un rústico pozo. Muy cerca de las casas de Son Roig encontraremos un cruce de caminos. Nuestro itinerario continúa por la derecha, porque el de la izquierda conduce hasta las casas de Son Seguí y el llogaret de l’Heretat, antaño perteneciente a la antigua alquería de Punxuat, de la que se segregó en la Edad Media. El camino que lleva hasta l’Heretat continúa hacia el nordeste y llega a la carretera Algaida-Llucmajor. Como dijimos, nuestro itinerario sigue hacia la derecha, en busca del inicio de la subida al Puig de Son Roig o de Galdent. En cinco minutos, antes de llegar a una casa llamada Es Recó de s’Heretat, dibujamos un ángulo de 90 grados y giramos a la izquierda.

Todavía nos movemos por un camino de carro. A unos tres minutos de Es Recó de s’Heretat hay que prestar atención, pues dejamos el camino ancho que sigue hacia Can Rectoria y después llega a la carretera Algaida-Llucmajor, y torcemos hacia la derecha en dirección al Puig de Galdent. Avanzamos ahora por un camino de herradura que poco a poco se irá empinando y estrechándose. El sendero, en algunos tramos, se encuentra invadido por la vegetación. Algunos árboles caídos entorpecen la ruta.

Cuando la subida se hace notar, los pinos son sustituidos por el roquedal desnudo. Nos tenemos que ayudar con las manos para salvar algún desnivel. Hay muchas piedras sueltas. Una mirada hacia atrás nos muestra las casas de Son Roig y el núcleo de s’Heretat. Tras un esfuerzo final coronamos la cima del Puig de Galdent (419 m.).

Desde la cumbre (39ºN 31.568 / 002ºE 52.870) observamos, hacia levante, el macizo del Puig de Randa; y a poniente, el llano de Punxuat. La continuación de la serra de Galdent discurre hacia el sudeste, que es por donde hemos de proseguir nuestro itinerario.

La Sopegada del Gegant

Bajamos el puig de Galdent, conocido por la gente de Algaida con el nombre de Puig de Son Roig, hacia la zona de la Sopegada del Gegant (si se nos plantearan dudas, lo más fácil es caminar en dirección a uno de los caminitos que concluyen, en todos los casos, en las canteras de Galdent). Caminamos por una cresta rocosa y llegados a un pequeño collado, continuamos ligeramente hacia la izquierda, casi sin camino. Dejamos la vertiente izquierda y pasamos a la de la derecha. Volvemos a la vertiente izquierda y, en ligero descenso, llegamos a las ruinas de una caseta, una humilde barraca de roter. Dejamos esta construcción a nuestra espalda y continuamos en dirección a la zona de la Sopegada del Gegant. A un par de minutos de la casa llegamos al coll que separa la cresta del Puig de Galdent de la cresta rocosa de la Sopegada del Gegant. Nos desviamos ligeramente hacia la derecha y rodeamos la profunda hondonada que se extiende hacia la izquierda, con peñas cortadas verticalmente. En el extremo de levante observamos un murallón rocoso con un corte natural: la Sopegada (o Potada) del Gegant (el tropezón del gigante, traducido al castellano), objeto de diversas interpretaciones recogidas en forma de rondalles.

Las canteras de Galdent

Desde la zona de la Sopegada del Gegant, bajaremos por la ladera sur de la Serra de Galdent. Lo haremos por una pista. Para llegar a ella nos ponemos de espaldas a la hondonada y avanzamos ligeramente hacia la derecha, en dirección al sudoeste y, en dos minutos, llegamos al inicio de la pista. Alcanzamos un pequeño collado y tras la subida empezamos a bajar por la pista hacia la cantera de Galdent, al fondo a la izquierda.

El origen de las canteras de Galdent se remonta al siglo XIV. Producían marés de buena calidad que era utilizado para los elementos más vistosos de los edificios, tanto religiosos como civiles, caso de llaves de bóveda o capiteles. Para construir la iglesia parroquial de Algaida (1572) se utilizaron sus piedras. En los siglos XV y XVI el Puig de Galdent era conocido por el nombre de Puig de les Pedreres. La bajada irá acentuándose y nos conducirá a un collet, donde dejamos una bifurcación con un camino a la derecha que va a la cantera. Llucmajor aparece ante nosotros, al fondo. Un poco más adelante dejamos a la derecha un camino que comunica nuevamente con la primera cantera y, en cambio, tomamos esta dirección en el segundo cruce con el fin de dejar la zona del restaurante de las canteras de Galdent a la izquierda. Pasamos junto a una de las canteras, que queda a la izquierda. Después de una curva a la izquierda y otra a la derecha, aparece a la izquierda la entrada al restaurante.

Dejamos atrás el restaurante y seguimos por el asfalto. El camino vuelve a trazar una curva a la derecha, casi de 90 grados. A unos trescientos metros del restaurante abandonamos el asfalto y giramos hacia la derecha, por el Caminal de ses Puntes. Avanzamos por un camino de carro, que en unos veinte minutos nos dejará junto a las casas de las Puntes de Galdent, situadas al lado de la carretera, la misma que habíamos abandonado al principio de la excursión, todavía cerca de Algaida.

Desde las cases entramos a la carretera girando a la izquierda. A los dos minutos de caminar sobre el asfalto llegamos a una triple bifurcación: el camino de la izquierda conduce a la casa del Banc y a Can Güells; en línea recta, ligeramente a la derecha, sigue la carretera hacia Llucmajor; más a la izquierda, discurre el Caminal de Galdent. Elegimos esta última opción. El camino está asfaltado pero antes de llegar a las casas de Galdent deja de estarlo.

Las referencias históricas de la possessió de Galdent se remontan al Llibre del Repartiment, en el que sale documentada como una alquería musulmana: Algaudence. Desde la fachada de levante de las casas de Galdent (39ºN 30.404 / 002ºE 52.940) continuamos hacia el sudeste, en dirección a Llucmajor. A la salida de las cases, por un piso empedrado, observamos un brocal de cisterna levantado sobre un aljibe. El macizo de Randa nos queda a la izquierda. En unos minutos llegamos a la confluencia de la carretera asfaltada. El cementerio de Llucmajor queda a la derecha, hacia donde vamos, por una carretera muy ancha. Pasamos por delante de la entrada del cementerio y en el próximo cruce, a unos quinientos metros del camposanto, giramos a la izquierda y entramos en Llucmajor, donde acabamos el itinerario.

Guía de excursionismo de Mallorca, por Gabriel Rodas.