Itinerario, paso a paso:

A la izquierda de la carretera que va de Lluc a Pollença, a la altura del punto kilométrico 10,900, está la barrera que da acceso a Mortitx (39º 52’ 2,30’’N / 2º 55’ 28,09’’E), una de las grandes posesiones de la Serra de Tramuntana. A la derecha de la verja hay unos escalones de piedra que salvan la pared seca. Unos minutos después franqueamos una nueva barrera que impide el paso del ganado y bordeamos una pista de tenis para encontrar, a la derecha, otra barrera. Después de atravesarla y caminar junto a campos dedicados al cultivo de la vid, franqueamos una verja metálica por una alta escalera de madera que hallaremos a nuestra izquierda. En una bifurcación de caminos, seguimos recto, dejando a nuestra izquierda un ramal. Volvemos a tener el campo de viñas a la derecha. Nuestra ruta avanza entre ullastres. Cinco minutos después llegamos a una zona muy umbría en la que el camino dibuja una pronunciada curva. En la curva, observamos a la derecha un grupo de hitos, que rechazamos.

Seguimos adelante, descendiendo suavemente, entre carrizo. A la izquierda dejamos una construcción para uso ganadero y en este punto nos desviamos unos 45 grados a la derecha, entre dos ullastres. El camino es indefinido, aunque con fites. Un poco más adelante se orienta a la derecha y encuentra una pared seca con una vieja escalera de madera. El sendero desciende entre el roquedal. Estamos en un tramo en el que habrá que poner los cinco sentidos para no desorientarnos. Cuando el camino parezca seguir el curso de un torrente, nos desviaremos primero hacia la derecha y posteriormente a la izquierda, para descender por el roquedal. El sendero es intermitente, pero nos ayudará el mantener siempre a nuestras espaldas el puig Tomir, la tercera cima de Mallorca, detrás del puig Major y el Massanella. Después de una gran roca que habremos bordeado por nuestra izquierda, atravesaremos algunos pequeños collados y hondonadas, y finalmente alcanzaremos el inicio de las llamadas Voltes de l’Ullastre (39º 53’ 11,65’’N / 2º 55’ 26,54’’E), habiendo dejado antes, a la derecha, el camino que se dirige a la posesión de Ariant y La Malé.

 

LAS VOLTES DE L’ULLASTRE

Las Voltes de l’Ullastre nos conducirán hasta el Rafal d’Ariant, cuya casa pronto veremos a lo lejos, a la derecha según bajamos. El descenso hay que tomarlo con calma, pues salva un importante desnivel. Vale la pena realizar alguna parada para contemplar un punto clave de este itinerario al que llegaremos en la segunda parte del recorrido, tras visitar la cala d’Ariant. Se trata de Es Bec d’Oca, una peculiar peña fotografiada en una de las imágenes adjuntas a este texto cuyo perfil nos recuerda a una oca o un camello que mira su propio lomo. Después del largo descenso, debemos ir en dirección al Coll de s’Era, donde está la casa de Rafal d’Ariant, también conocida como Es Rafal de Ses Maleses o de Mortitx.

Es Rafal aparece documentado en el año 1267, relacionado con la Malesa o La Malea –tierra sin cultivar–. Actualmente está abandonada, aunque algunos excursionistas la utilizan para pernoctar. No muy lejos de las ruinas hay un pequeño pozo. Volveremos a la casa de Rafal d’Ariant, pero antes visitaremos la Caleta d’Ariant. Para ello debemos dirigirnos a una prominencia rocosa, el Musclo de ses Cordes (ver imagen adjunta). Dejamos las casas a la izquierda y avanzamos en suave descenso hacia un llano. Por el camino del Sementer de la Caleta se encuentra una fuente, la Font des Rafal, de la que se desaconseja beber. El Torrentó des Rafal cruza el llano y vierte sus aguas en los acantilados de la Pesquera des Gat, junto al promontorio de Es Musclos de ses Cordes (229 m). Siguiendo el arroyo hasta el mismo borde del precipicio, llegaremos a una balconada desde la que obtendremos una vasta panorámica sobre el entorno (39º 53’ 43.97’’N / 2º 55’ 9,11’’E) . Si nos decantamos hacia la derecha, hallaremos las fites que marcan el camino de bajada hacia la Caleta d’Ariant, que divide los términos municipales de Escorca y Pollença. Se trata de un sendero bien definido que en unos veinte minutos nos deja en la Caleta. Mirando al mar, a la izquierda, se encuentra la Cova de Ses Bruixes, que puede contemplarse desde el agua, si es posible el baño. También hay fites hasta una punta rocosa desde la que se obtienen vistas de la cavidad. 

LA COVA DE SES BRUIXES

La espectacular Cova de Ses Bruixes se localiza en el lado de levante del Musclo de ses Cordes, uno de los tramos más espectaculares del litoral de la Serra de Tramuntana. Cuenta la leyenda que las brujas llegaban volando desde Cataluña hasta las zonas más deshabitadas de la Serra y que en una sola noche levantaban puentes y castillos encantados. De ahí el topónimo de la Cova de ses Bruixes. En la imaginación popular, las grandes cavernas se relacionaban siempre con hechicheras, aquelarres y ciudades subterráneas. Regresamos por el mismo camino hasta la casa del Rafal d’Ariant, donde tomamos un sendero que transita por el lado derecho de una torrentera –según bajamos–, entre higueras y raquíticos almendros que dan nombre a este lugar: el Sementer des Ametllers. En menos de diez minutos desde que partimos de la casa llegamos al Torrent de Mortitx, al abrigo de Es Bec d’Oca antes descrito. Nuestra ruta continúa hacia la izquierda, por el lecho del torrente, pero vale la pena descender un poco –un centenar de metros– para ver el Gorg des Bec d’Oca, en el que siempre suele haber agua. Más abajo nace el Torrent Fondo, uno de los cursos más visitados por los amantes del barranquismo, con dos saltos, de 20 y 18 m. de altura, sólo aptos para deportistas experimentados.

 

TORRENT DE MORITX

Volvemos sobre nuestros pasos hasta Es Bec d’Oca y continuamos por el lecho del Torrent de Mortitx, que permanece seco buena parte del año. Avanzamos por una zona denominada Es Clot Saguer o Sequer. La primera acepción vendría a significar “la última hoya” y la segunda, la “hondonada de las avispas”. Después de superar dos gorgs –el primero por la derecha y el segundo por el margen izquierdo–, llegaremos a un importante cruce de torrentes. Continuamos por una de las ramas del Torrent de Mortitx, por la izquierda, en ascenso, por una garganta señalizada con hitos y marcas de pintura. La subida es lenta, sin descanso ni camino definido, pero sin dificultades. Para recuperar el aliento vale la pena ir realizando breves descansos y así disfrutar de la grandiosidad del entorno. Pasados unos 45 minutos de ascenso, saldremos del torrente atravesando una pared seca (39º 52’ 40,40’’N / 2º 55’ 10,49’’E).

Frente a nosotros tenemos el Puig Tomir y bajo nuestros pies rocas cubiertas de carrizo. Después de cruzar un arroyo entramos en un olivar y pasados unos minutos el sendero confluye con un camino de carro que cogemos a la izquierda. Franqueamos una barrera, bordeamos un campo de viñedos y dejamos a la derecha un desvío del camino. Entramos en el encinar y tras algunas curvas llegamos junto a las casas de Mortitx y poco después a la carretera de Pollença, donde daremos por concluida esta excursión.Texto y fotos: Gabriel Rodas