Grolet ha sido durante este último lustro uno de los pasteleros más galardonados del mundo. Después de su paso por Le Maurice, ahora compagina su pasión con el establecimiento de la Av. de l’Opera, en donde muestra al gran público su arte. El éxito de su pastelería se basa en la utilización de la fruta, que hace que sus obras sean muy saludables. Apasionado por la estética, es un maestro pintor y escultor: crea belleza comestible y deliciosa. De hecho, heredó de su abuelo, que era pintor, la pasión por la belleza: ‘la pastelería, dice, es en cierta medida como la pintura, por lo que para mí fue algo natural llegar al mundo de la repostería’. Y prosigue, ‘me encanta trabajar con fruta, porque es un producto que cambia en cada estación del año y me obliga a reinventarme los postres’. Para él la pastelería moderna pasa por hacer una gastronomía con menos grasas y azúcares y poniendo atención en las intolerancias alimentarias como la celiaquía.

La tienda de Cèdric Grolet, es un espectáculo para los sentidos que vale la pena conocer. Esta situada en el 35 Av. de l’Opéra, muy cerca de la Place Vendôme.