Obras de Marina Abramović presentadas en VIDA Y MUERTE ENTRE destacan el misticismo de la supervivencia, las realidades dolorosas de la existencia y encuentran la liberación en la inmensidad de lo desconocido. La colección de estas obras en conjunto, intenta un espacio de exhibición que articula la naturaleza enfrentada y la yuxtaposición de vivir, morir y todo lo demás. Las obras expuestas animan la tensión y las dualidades de estos temas, invitando a los espectadores a buscar una reflexión personal y una significación en los motivos y cuadros creados por Abramović.

Las performances de Marina Abramović para video y fotografía, tal como se presentan en la galeria horrach moyà, son representaciones tangibles del propio descubrimiento de Abramović de la existencia y la no existencia dentro de su práctica artística. VIDA, MUERTE, EN EL MEDIO son temas consistentes realizados dentro de su trabajo que han seguido estando presentes y evolucionando a lo largo de su larga carrera.

En Limpieza del espejo II, una actuación para video de 1995, Abramović trabaja con una ilusión de muerte, yaciendo directamente debajo de un esqueleto. El esqueleto se mueve al ritmo de su respiración, un gesto mundano que demuestra el acto más fundamental de la vida: la respiración. La obra más contemporánea de la muestra, The Jump, tomada durante el rodaje de la obra de arte Seven Deaths de Abramović, congela la sensación de caer o flotar, dejando a los espectadores incapaces de sentir el alivio de un aterrizaje seguro, obligados a rendirse ante el resultado imaginado. En Dozing Consciousness (Body) no está claro qué manifestación de existencia propone Abramović. Si bien su cuerpo parece casi sin vida, enterrado bajo el peso de los cristales, sus ojos están energizados y cautivadores, lo que indica que está todo menos alerta y en control. En La Familia XI,

Cada obra de arte contiene la magnitud de la existencia y sus contradicciones: hay quietud en la caída, calma en el peligro, aliento en la asfixia, poder en el miedo, luz en la oscuridad y vida en la muerte. Abramović desafía a la mente racional a maravillarse ante la grandeza de lo desconocido y a ceder el control. Las obras son unidas por las interpretaciones individuales del público y las conexiones realizadas, y es aquí, donde nos damos cuenta de la naturaleza colectiva y anónima de estar vivo, e incluso encontramos consuelo en la desesperación. La exposición de Marina Abramović LIFE DEATH INBETWEEN es un espacio para permitirse descubrir la conexión colectiva y el empoderamiento para comprender lo que viene después.