Junto a las NineT, sus hermanas pequeñas del catálogo Heritage, la BMW R18 no es una moto cualquiera. A simple vista rezuma exclusividad, estilo y ganas de hacerse notar cuando la paseas por la calle.

«Brutal, qué bonita, ¿de qué año es?», te preguntan. Efectivamente, su aire clásico busca la inspiración en la BMW R5 de 1936, aunque es solo un argumentario estético. Sus altas capacidades, su poderío, acabados y su motoraco la sitúan en plena actualidad.

«¿Cuánto pesa este cacharro? ¿No molestan esos pedazo bloques?»

Por supuesto, tanto cromado y tanto hierro alemán del bueno exigen 365 kg, como poco, pero se llevan bien, aunque desconfías al principio. Un bóxer de 1.802 cc implica dos pistonazos de 900 cc, uno por cada lado que aseguran un centro de gravedad bajo. Para asegurar la maniobrabilidad, el asiento está a 69 cm del suelo, un taburete, vaya. Y si pasas con el manillar, pasan los bloques, no hay problema. También tiene marcha atrás, que te saca de problemas, si los hubiera. Un motor eléctrico se activa mediante el botón de arranque, con una clásica palanca cromada en el lado izquierdo. Muy completa.

La conducción resulta increíblemente fácil al cabo de pocos metros, cuando te acostumbras a gestionar tanto material junto. Y se convierte en brutal y excitante en carretera abierta, especialmente si es revirada. Ni hablar de llevar casco integral, un estilazo como el de la BMW R18 reclama un casco abierto, cuanto más clásico mejor, y unas gafas de marca. Eso limita la velocidad, especialmente si vas sin pantalla y haciendo el windsurf con los brazos abiertos en ese amplio manillar de cuerno de vaca, pero te da igual. Sensaciones en estado puro, con los pistonazos repicando ahí abajo y la excitante música de los escapes en cola de pez. Sin querer mosquear a los de Harley-Davidson, esto sí es puro rock and roll.

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BMW R18 First Edition, auténtico rock&roll berlinés Rafa Vaquer

Para reforzar la idea, hay tres modos de conducción: RAIN, para lluvia, ROLL, para ciudad y ROCK, para cuando empieza la música. Lo que sería SPORT en otra moto, aunque en la R18, está claro que lo de SPORT no liga para nada. Cuidado al arrancar y al parar, siempre habrá una última pistonada que te recuerde cómo funciona un bóxer de 1.802 cc.

Los detalles reivindican continuamente la categoría del modelo. La marca BMW está presente en todos los cromados, en el cuentakilómetros analógico, con pantalla digital, en la tapicería o en los amplios reposapiés, con avisador. Las suspensiones delanteras están recubiertas por una funda de inspiración clásica, rodeando el actualizado faro de leds, y acabando con el cardán de trasmisión, al aire y bien brillante. No hay manera de fotografiar la BMW R18 sin que salgas reflejado en todas las fotos. Y cómo le gusta que la fotografíen, siempre queda bien.

Es un modelo tan exclusivo que no es fácil encontrar unidades de prueba. Después de buscar, conseguimos probarla gracias a Mandel BMW Badajoz. Me la habría quedado sólo para tenerla en el salón de casa. Aunque si hubiese de invertir en algo, seguro que la BMW R18 se revaloriza más que un Bitcoin.

Pruébala, si tienes ocasión, y me cuentas. Para detalles técnicos más serios, en la web: www.bmw-motorrad.es/es/models/heritage/r18.html

RUIDO DE MOTOS

Motopalma, cuando las motos fueron a la feria

Aprovechando que este finde vamos invitados a la primera MotoAndalucía, me viene al recuerdo cuando organizamos MotoPalma, el primer salón de la moto en Mallorca, allá por el 2019.

La declaración de intenciones del reclamado evento andaluz, el primero en su historia, es similar al nuestro: «Una iniciativa ferial de carácter comercial, deportivo y de ocio dirigida a aproximar el sector de la motocicleta a los aficionados y usuarios del mundo de las dos ruedas, dinamizando al sector empresarial, fomentando la movilidad sostenible y los valores deportivos que se desarrollan en el marco de este ámbito…» MotoPalma puso por primera vez un evento motociclista en el calendario ferial de Balears y puso a Balears en el circuito ferial del sector de las dos ruedas. Había existido alguna tentativa anterior, pero la feria de la motocicleta solo fue realidad cuando la organización de MotoPalma puso de acuerdo a las partes implicadas. AEMOT, la asociación de empresas del sector y concesionarios de las marcas, cargó con el compromiso principal de llenar los 3.000 m2 de exposición con las últimas novedades de las principales marcas. La Federación Balear de Motociclismo acercó el ámbito deportivo, desde las escuelas de pilotos hasta la competición. En la foto que acompaña este texto localicen entre los jóvenes alumnos a dos actuales campeones mundiales, Izan Guevara y Augusto Fernández.

Laura Duran, promotora, Rafa Cañellas, presidente de la FBM y dos campeones del mundo. Rafa Vaquer

Finalmente, la participación de todos los sectores complementarios, como equipamiento, recambios, talleres y seguros, junto a coleccionistas y clubs moteros, especialmente el Club Mediamilla, aseguró el éxito de MotoPalma. Sin olvidar la implicación de la dirección y personal del Velòdrom Illes Balears, todo ello coordinado por el equipo de Gestión Ocho, promotores de la feria.

Total, que 6.500 visitantes (satisfechos) y unos excelentes resultados económicos parecían asegurar la continuidad del evento. Ya estábamos diseñando MotoPalma 2020 cuando un mal bicho nos hizo sacar las mascarillas y meter las motos en el garage…

En muchas ocasiones se habla de retomar la feria, barajando otras opciones de ubicación y redimensionamiento, pero aún estamos en ello. MotoAndalucía es una apuesta por una primera feria en una zona también con mucha afición, incluso con circuito internacional. Tomaremos nota de cómo podemos devolver a Mallorca la feria que merece el sector, sus profesionales, su Federación y la enorme afición de las islas. Y si, de paso, la administración pone algo de su parte y reconoce el valor promocional de las dos ruedas, pues mejor.

Nos vemos en la próxima MotoPalma, seguramente sostenible.

Para más contacto: comunicacion@motopalma.com