Para los que reclamaban que me dejase un poco de trails, que ha llovido y hay fango, voy y me busco una de carretera y resulta que es una racing disfrazada. La nueva Suzuki GSX-S1000 GT podría llevar tranquilamente las siglas RR, sin embargo es una Gran Turismo, ideal para hacer rutas con cierta alegría en el puño.

Con un frontal como de cómic japonés, que parece que está corriendo aún con el motor parado, el diseño de la GSX-S1000 GT no pasa desapercibido. Incorporando las maletas resulta ser una excelente viajera, de buen asiento y fantástico juego de suspensiones Kayaba, con un manillar de posición cómoda y, lo que es más importante, cómoda también para acompañantes, según me confirman.

Un más que probado tetracilídrico de 1000 cc, mejorado continuamente desde 2006, saca hasta 102 CV a poco que se lo pidas, de manera suave pero potente. El puño de gas electrónico gestiona la caballería en función de los tres modos de conducción combinados con 5 mapas de tracción. Hasta cuando se te olvida la combinación ideal, que puede ser, funciona perfectamente. Incluso el Quick-Shift, ese cambio sin embrague que nos hace sufrir a los de la vieja escuela por miedo a romper algo, es de los más finos que hemos probado. Alerta al volver a otra moto sin él, que te cargas rápidamente la piñonada. Es fácil acostumbrase a la buena vida.

El conjunto está diseñado en túnel de viento. La pantalla de serie es suficiente para protegerte de turbulencias sin perder el aire cañero, con un carenado integral complementado con los retrovisores que también tapan lo suyo. Es la diferencia principal con la Suzuki GSX-S1000, su rabiosa hermana nacked con la que comparte motor y que ya traeremos por estas páginas.

Rápidamente le pillas el punto, es una máquina que se deja querer. Al instante de probarla ya parece que la conoces de toda la vida. Aunque lo más complejo de cualquier moto de hoy es sincronizarlas con el móvil. Cada fabricante recomienda su app vía bluetooth, con lo fácil que era un limitadito cuentakilómetros de los de antes. Ahora conectas tus mapas, música o contactos que te aparecen en la imprescindible pantalla TFT, junto al resto de información de la moto.

Por fin nos ponemos en marcha, con la suavidad como característica. Por ciudad navega perfectamente buscando estar en la parrilla del semáforo hasta con maletas, con mucha más elegancia que un scooter. En carretera la Suzuki GSX-S1000 GT enlaza curvas con una trazada precisa, a pesar del piloto. Y al llegar la prueba de fuego, el adelantamiento de vehículos antes de la línea continua, la supera. Hay que ver cómo responde al puño de gas y que bien se cuela, dejando atrás, y con margen suficiente, al vehículo adelantado. Esas son las cosas que me enamoran y dan confianza en una moto. Definitivamente, hay motos para disfrutar viajando y hay motos para disfrutar pilotando, pero se pueden combinar ambas especialidades en máquinas como esta Suzuki GSX-S1000 GT. Pruébala y me cuentas.

Para detalles técnicos más serios, encontrarás hasta precios y todo en la web: moto.suzuki.es

6

Suzuki GSX-S1000 GT: Un pepinaco con maletas Rafa Vaquer

LA RUTA DEL DÍA

Del monte a la costa con los Osos

Definiría a los Osos, como un grupo motero de esos con los que siempre te sientes cómodo y encima te enseñan rincones nuevos. Me metió en el equipo mi admirado gran rockero y no obstante amigo, Juanito Percha, cuando ambos nos pasamos a Harley. Pero no se equivoquen, no es un grupo sectario, admiten cualquier marca de moto, o trike. Angus y Rafa, administradores, me cuentan que salen los sábados desde 2009 y siempre alternando al road-leader, que es quien se curra la ruta. Porque las suyas son unas rutas bien trabajadas, y eso es lo que enamora de los Osos. Cuando piensas que ya lo conoces todo, te descubren un atajo, una vía nueva, y siempre asfaltada, ojo. Eso no tiene precio en una isla con un territorio tan limitado. Sobre el plano vemos que emplean a veces la técnica del 8, dibujando hábilmente una especie de nudo de corbata volviendo a pasar sobre el mismo punto, pero que en marcha ni te enteras. Es uno de los grupos con más presencia de moteras, como Lidia, capitana de la ruta que nos ceden para hoy.

Cómo marcarse 120 kilómetros sin alejarse mucho de Palma

Cada cual que salga de donde quiera, pero arrancamos de la actual sede del club en Marratxí. Seguimos hacia Caubet para bajar hacia s’Indioteria, subir hacia la Garriga y perdernos por las camadas de Son Espanyol, entre esas luces y sombras que nos regalan los encinares en esta época otoñal. Totalmente desorientados, aparecemos en Esporles, regresamos a Establiments y acabamos en es Capdellà, como quien no quiere la cosa. Un refrigerio opcional en bar motero y aún nos queda un encantador camino hacia la costa de Calvià, ahora que hay menos presión. Entramos por Santa Ponça, salimos por Son Ferrer y, si no decidimos comer en la zona, volvemos hacia Palma por autopista o por la vieja carretera de la costa que acaba en Porto Pi y el paseo marítimo.

Si alguien no ha descubierto un trocito de ruta nuevo, que me lo diga y lo probamos de nuevo.

Para apuntarse a las salidas de Osos, mejor contactarles a través de Facebook, es buena gente y de buen rollo.

Adjunto QR con archivo GPX, válido para cualquier navegador. ¡Que aproveche!

shorturl.at/dhBM9


Moteras en Osos. Rafa Vaquer