Habían avisado, pero nadie hizo demasiado caso. ¿Una Harley de campo? ¡Venga ya! ¿Y qué más, una Harley eléctrica…?

La eléctrica llegó en 2019, una LiveWire que aún no hemos visto por aquí, y en 2021 aparece la Pan America, la rarita de la casa, la maxitrail que estrena un flamante motor de 1250 cc y 150 CV (ojo, que en Harley nunca habían declarado los CV hasta ahora). Nos habremos vuelto locos, pero esto hay que probarlo.

De entrada, intencionadamente, la estética se aleja del frontal pico de pato tan característico de las exitosas BMW GS y presenta un morro totalmente chato, con una óptica rectangular doble, similar a otros modelos de la casa. El aspecto general es musculoso, brutote, como de vehículo agrícola, con ganas de tirarse a lo marrón. Cuando aseguras que es una Harley, nadie te cree, buscando inexistentes cromados, potentes tomas de aire y logotipos con calaveras…

Muy tímida con su marca, disimula imperceptibles logos en el motor y el tanque de aluminio. “No parece una Harley”, oímos continuamente durante la prueba.

Y el nuevo motor, que recuerda sólo en la forma al clásico V-Twin de 60º, es como un molde de metal al que le han metido tornillería por dentro. No será una explicación muy técnica, pero es la impresión que da. Es el mismo motor de la rabiosamente nueva Sporster y en versión 975cc para la pequeña Nightster. Y queda estupendo en fotos. Algo pasa en Milwaukee que igual quieren conquistar a un público más joven, especialmente en Europa.

Venga, arrancas la Pan América y la suspensión electrónica (ARH) hace que baje la altura, igual que al reducir velocidad para pararte. ¿Los europeos somos más bajitos que los americanos? Se agradece. El escape no hace ruido, cosas de la Euro 5, el motor no vibra… ¿De verdad es una Harley? Metes primera y se entera todo el barrio. Bien, eso todavía es de Harley.

En marcha, tenemos 5 modos de conducción y aún dos más personalizables. Todo desde una pantalla táctil de 6,8” a la que solo le falta incluir Netflix, conectando la navegación con tu móvil. No llegamos al Apple CarPlay, pero ya eso, a lo mejor más adelante. Sincronizamos con la app de Harley que deja hasta planificar rutas.

La conducción es fina, van saliendo caballos según enroscas, sin excusas, incluso un poco groseramente, pero con gusto. Parece un hierro difícil de mover, hasta que enlazando curvas se comporta con elegancia, dando confianza, especialmente cuando entran a jugar los discos de Brembo. La suspensión electrónica se gestiona según el modo de conducción. La electrónica domina hasta las luces cuneteras, que se activan según el grado de inclinación.

Parece más imponente, pero no pasa de 250 kg, es más ligera que otras maxitrail. Y eso se nota en el campo. No es para marcarse trialeras, pero es una estupenda pistera, ideal para viajes de aventura, incluso sin montar gomas de tacos. Responde bien en las trazadas sobre tierra y te saca de cualquier problema dando el golpe de gas adecuado. Incluso si olvidas ponerla en modo OffRoad.

Todos los probadores especializados enloquecieron con el lanzamiento: “Magnífica” “Sorprendente” “No esperábamos nada así…” Será también un descubrimiento para todo quien se anime a probarla. Aquí empieza la aventura. Más detalles serios en la web: www.harley-davidson.com

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Harley-Davidson Pan America 1250 Rafa Vaquer

Ruido de Motos

El Ajuntament retira la propuesta que provocó la protesta de un millar de motos contra el Plan de Movilidad.

A los coches les puedes subir las tarifas de párquing y cerrarles accesos, que les da igual. A los peatones les ametrallas con patinetes kamikazes por las aceras y no pasa nada. Pero si un millar de motos protesta por alguna tontería, como que les hagan pagar ORA, les veten el acceso a zonas ACIRE o les multen por circular por carril BUS, la opinión de automovilistas y viandantes se vuelve rabiosamente en contra de “los de las motos”: “¿Cómo, que no pagaban…? ¡No lo sabía, que paguen, como todo el mundo!”

Los motoristas no somos una raza aparte, que los hay que también somos automovilistas, ciclistas e incluso viandantes. Pero, de repente, una ristra de haters se da cuenta del poder de las motos y empieza a exigir la extinción de la especie mientras sus redes sociales arden en escritos condenatorios denunciables al juzgado. Aviso: ir en moto, en ciudad o carretera, no es ningún chollo. De entrada, somos una pandilla de indeseables. Y luego, según la Organización Mundial de la Salud, resulta que somos usuarios vulnerables en el tráfico, como los peatones y los ciclistas.

La Asociación Nacional de Empresas del Sector de Dos Ruedas (ANESDOR) pide que se destinen recursos a la protección de los usuarios vulnerables, esos mismos que suponen el 82% de las víctimas mortales en ciudades, donde dos de cada tres accidentes de moto tienen como responsable a otro vehículo…

Sin embargo, aumenta el uso de la moto. Especialmente en el ámbito empresarial, servicios de paquetería, delivery, autónomos y trabajadores por cuenta ajena, que, de repente, pueden ver complicado su acceso al lugar de trabajo. En el último lustro, el número de motos en Palma ha aumentado un 30%, reduciendo la presión de tráfico en el centro, una mejora propiciada por las ventajas que ahora se pretendían eliminar.

Podemos hablar de sostenibilidad. La moto ocupa la quinta parte de un coche, reduce los tiempos de desplazamiento y las emisiones. En ciudad, ir en moto acorta la duración de los trayectos entre un 50 y un 70%..

Los de las motos, que no somos ninguna raza privilegiada y cuando llueve nos mojamos, más que los demás, nos saludamos por las carreteras sin conocernos de nada, por eso somos fáciles de liar. Los de las motos, no somos especialmente mala gente. Y si alguien hace ruido o humo, más de lo que permite la ITV, se le multa. Los de las motos, cuando nos pica, nos rascamos. Tras el período de alegaciones, el Ajuntament de Palma ha retirado las restricciones que movieron aquellas protestas. Si es que hablando, todo el mundo se entiende. Hasta la próxima batalla.

Protesta del 25de mayo en Cort. Rafa Vaquer