El partido de octavos de final del Mundial de 1990 que disputaron en Turín Argentina y Brasil tuvo como protagonista a Caniggia, autor del único gol del partido tras una extraordinaria jugada de Maradona, pero también a un centrocampista brasileño que inició el partido en perfectas condiciones y lo acabó drogado. Literalmente.

La historia arranca cuatro años antes. La desvela el periodista Alfredo Relaño en su libro ‘Tantos Mundiales, tantas historias’ (Corner, 2014). Ya en 1986, Carlos Salvador Bilardo propuso a sus jugadores una treta poco antes de medirse a Italia: habría dos tipos de botellas para beber agua durante el partido, con tapones de colores diferentes.

Los argentinos solo debían beber de las de un color determinado; las del otro color llevarían agua con Rohypnol, un potente somnífero, ofrecidas como si tal cosa a los rivales. Pero Jorge Valdano se negó en redondo y la trampa de Bilardo quedó aparcada.

El seleccionador argentino la rescató en 1990 (Valdano ya no estaba en la selección). En un momento dado del Argentina-Brasil, el masajista argentino, Galíndez, salió a atender a Troglio.

Dejó en el suelo una cesta metálica con botellas de agua, a la que se acercaron a beber los jugadores de ambos equipos. El argentino Olarticoechea fue a beber de la botella con somníferos, pero Maradona le advirtió con un grito. “¡De esa no, Vasco, de la otra!”.

Jugando como un zombi

Ajeno a todo, el centrocampista brasileño Branco echó un trago de agua. No tardó en encontrarse mal. Todo le daba vueltas. Jugó –es un decir- como un zombi el resto del partido. 

Te puede interesar:

Llegó a la conclusión de que le habían drogado. Brasil reclamó ante la FIFA, pero no hubo pruebas y por lo tanto, no hubo caso.

“El jueguito del bidón pudo haber acabado con mi carrera deportiva. ¿Se imaginan si después de ese partido me convocaban para un examen antidopaje? ¿Cómo habría explicado la presencia de esa sustancia en mi organismo? Lo que me hicieron fue irresponsable, nada profesional y pudo tener consecuencias terribles”, dijo Branco tiempo después.