Todos los entrenadores aseguran que sus respectivos equipos, da igual que sea una selección que un club, tienen "una manera de jugar", como si presumieran de haber imprimido un estilo propio. También añaden, a modo de mantra moderno, que ellos no cambiarán por enfrentarse a tal o cual rival y que, en todo caso, introducirán algún matiz.

No es ajeno a este discurso Lionel Scaloni, que en sus tres años de entrenador ha enseñado una Argentina tan camaleónica como extremos fueron sus resultados, entre los que se incluye una victoria sobre Brasil en la final de la Copa América en Maracaná -"la final con los brazucas la volvió a ganar papá", reza la letra del cántico 'Muchachos' que acompaña al seleccionado- y una derrota ante Arabia Saudí en la jornada inaugural del Mundial.

Sostiene Scaloni, igual que sus colegas y para no ser menos que ellos, que no lo es, que Argentina "tiene una manera de jugar muy marcada". Pero, a diferencia de los demás, se distingue con que él no es un técnico que se obsesione con los dibujos tácticos. Lo cual le sirve para autoconcederse la libertad de cambiar la disposición de los jugadores en el campo según cree conveniente.

Di María, Otamendi y Messi, en un entrenamiento de Argentina. DYLAN MARTINEZ

Y ahí anda Scaloni, debatiéndose en un dilema antes de la final, lógico, tratándose del partido más importante de su carrera. La disyuntiva reside en formar una defensa de cuatro hombres o de cinco. Ha utilizado las dos durante el torneo. Aunque enfrente hubiera dos o tres delanteros. La elección de los jugadores varía mínimamente.

La tentación es repetir el mismo esquema frente a Croacia en el que se vio la mejor Argentina con un claro 4-4-2. Romero y Otamendi han sido los centrales habituales, acompañados en las bandas por Molina y Acuña. Ninguno de los dos, sancionados, jugó ante Croacia, sustituidos por Montiel y Tagliafico.

Lionel Messi y Julián Álvarez celebran el 3-0 a Croacia. DPA vía Europa Press

Para pensárselo

Si Scaloni alineara un quinto defensa, entraría Lisandro Martínez en el eje central. Lo hizo contra Países Bajos de inicio y en fases de otros partidos. La presencia de Dembéle, Giroud y Mbappé da para pensárselo. En ese caso, la línea de cuatro centrocampistas se reduciría a tres. Leandro Paredes sería el sacrificado.

Rodrigo de Paul ha sido el único que ha repetido titularidad en los cinco partidos. Enzo Fernández y Alexis Mac Allister, que partieron como suplentes, se han asentado en el once inicial y continuarán. De Paul y Mac Allister ocuparían las bandas si son cuatro; estarán más centrados, con Molina y Acuña de carrileros, si son tres en el medio.

Delante no existe ninguna duda de que seguirán juntos Lionel Messi y Julián Álvarez, autores de cinco y cuatro goles, respectivamente. Papu Gómez y Ángel di María, este último por problemas físicos, perdieron el puesto, aunque se adivinan como primeros recambios por si Scaloni quiere ir matizando detalles según el discurrir del partido.