La primera vez, a nadie le llamó demasiado la atención. El 16 de mayo de 2021, el PSG jugaba el penúltimo partido de aquella Ligue 1 frente al Stade Reims, pero Idrissa Gana Gueye (Dakar, Senegal, 1989) no participó debido a una presunta "gastroenteritis", según el parte médico facilitado por el club parisino. Ha sido esa, gastroenteritis, siempre una palabra mágica para justificar cualquier tipo de ausencia en un vestuario cuyo motivo no se quería desvelar. Pero a veces también se trata de una dolencia real y por tanto no había motivo aparente para la sospecha.

El problema llegó un año después menos dos días después, cuando el 14 de mayo de 2022 el PSG se desplazó a disputar un choque liguero a Montpellier y Gueye tampoco es vistió de corto. Ya no había gastroenteritis de por medio, sino simplemente "motivos personales" que provocaban que el senegalés fuera baja en el Stade de la Mosson.

¿Qué tienen que ver un partido y otro? Cada 17 de mayo se celebra en todo el mundo (en el occidental, al menos) el Día Mundial contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia. La Ligue 1 francesa, en sus dos últimas ediciones, ha decidido sumarse a la defensa de la causa con un gesto simbólico: teñir con los colores de la bandera arcoíris los dorsales de todos los equipos de la competición. Y Gueye decidió que por ahí no iba a pasar.

Todos los clubes de la máxima división de Francia participaron en esa campaña. Incluso, escrito queda, el PSG. Y no es una puntualización baladí. Conviene recordar que la entidad en la que juegan Messi, Neymar, Mbappé y compañía es propiedad de Qatar Investment Authority, uno de los fondos soberanos del emirato en el que se está disputando este Mundial, en el que este domingo Inglaterra y Senegal (20.00 horas) pugnarán por una plaza en cuartos de final.

Delito penal

Un país, también conviene recordarlo, en el que se les ha dicho a las personas LGTBI que son bienvenidas mientras no demuestren que lo son. Un país que castiga la homosexualidad con hasta 10 años de cárcel. Un país que ha presionado con éxito a la FIFA para que los capitanes de las selecciones no puedan llevar el brazalete de 'One Love' en defensa de los derechos LGTBI.

Pues bien, este país accedió a que una de sus inversiones más populares del mundo, el PSG, participara en una causa LGTBI tiñendo sus dorsales. Fuera por no montar polémica, por quedar bien o (improbable) porque se sintiera identificado con la causa, la propiedad qatarí lo autorizó. Y Gueye se negó a ser parte de ello. Una "gastroenteritis" primero y "motivos personales" después sirvieron de cobarde pretexto.

Apoyo político

La Federación Francesa de Fútbol, a través de su Comité de Ética, citó formalmente a Gueye a aclarar su postura sobre la homofobia, un proceso del que nunca más se supo. En paralelo, desde Senegal comenzaron a llegar mensajes de apoyo al mediocentro por su homófoba decisión, hasta del presidente del país, Macky Sall, que apeló a que sus "convicciones religiosas" deben ser respetadas. Tan bochornosas declaraciones no necesitan mayor comentario adicional.

Senegal, como Qatar, también castiga con la cárcel la homosexualidad. "Gueye fue percibido por los senegaleses como un héroe por ello. Culturalmente, nadie en Senegal habría entendido que hiciera lo contrario", explicó aquellos días un periodista del país africano a Radio Montecarlo. Este reportaje recogería también las declaraciones de Gueye al respecto, pero él nunca ha querido hablar en público del tema. Un silencio muy significativo.

El centrocampista, un incansable todoterreno capaz de abarcar una enorme extensión del campo, regresó este verano a Inglaterra (concretamente al Everton) y este domingo se bate contra su selección, una de las más proactivas en la defensa de los derechos LGTBI. La tendrá enfrente. Y en más de un sentido.