Los carteles de favoritos pesan más de la cuenta. La Argentina de Messi llegó a Doha con más presión incluso que en anteriores citas. La necesidad de construir una epopeya para que el astro se siente a cenar a la mesa de Maradona había diseñado en la mente albiceleste un relato triunfal. Sin embargo, con la realidad del verde el mito inicial se destruyó. Argentina perdió ante Arabia Saudí (1-2) en su estreno y la ‘scaloneta’ ha empezado con un gran pinchazo.

Cuando se producen estos grandes batacazos, tiende a apuntarse al perdedor más que al ganador, pero el histórico triunfo saudí tiene un responsable: Hervé Renard, un trotamundos galo que ha dirigido a Zambia -con la que ganó una impensable Copa África-AngolaCosta de Marfil -con la que también reinó en el continente africano- o Marruecos. Nada que ver con su aventura en el fútbol de clubs. El seleccionador de Arabia Saudí ha firmado un hito impensable.

Compañero de Zidane

En el Estadio de Lusail no paró de dar instrucciones a los suyos, enfundado en la camisa blanca que se ha convertido en su indumentaria oficial. Una lección de resistencia defensiva y acierto en las opciones de ataque. Renard nunca ha sufrido mal de altura. Siempre ha tenido que enfrentarse a los grandes y desde una posición desfavorable. Fue compañero de Zinedine Zidane en el Cannes francés cuando el astro galo tenía 19 años y él 22. “Enfrentarme con los mejores jugadores hizo que me diera cuenta de que mi jerarquía era de tercera”, aceptó, pero no con resignación, lo hizo a través de la practicidad de entender los límites.

Como jugador, dio tantos pasos atrás que terminó en sexta división. En el fondo de la cinta mecánica dijo basta a los 30. Se buscó la vida fuera del campo y terminó subido a un camión de la basura. Se levantaba a las tres de la mañana para obtener una remuneración que le permitía seguir en la batalla del día a día. También trabajó en la limpieza de edificios. De un lado para otro sin pensar en el destino, que nunca le había acompañado.

A pesar de los sinsabores, Renard nunca abandonó del todo el fútbol. Demasiados recuerdos como para finalizar la relación. Siempre estuvo ligado al equipo en el que se retiró, el Sporting Club de Draguingan. Su experiencia en niveles más altos no era útil en el campo, aunque sí desde la banda. Consiguió dos ascensos y llegó a la cuarta categoría. Acabó llamando la atención de su compatriota Claude Le Roy, otro técnico explorador que ha dirigido a las selecciones de Senegal, Ghana, Camerún, Omán y Togo.

Campeón de África

Le Roy le ofreció a Renard ser su asistente en un equipo en China. El ‘mago blanco’, como le apodaron por sus éxitos con el fútbol africano, se fue sin pensarlo. Después, recomendado por su mentor, acabó en el Cambridge de la League Two. Hasta que por fin dio el salto al continente africano, donde causó una completa revolución. Sobre todo con la consecución de la Copa Africana de Naciones en 2012 con Zambia. Dos décadas después del trágico accidente aéreo que sufrió esta selección cuando viajaba a Senegal para la clasificación del Mundial de 1994.

Renard nunca ha sido profeta en su tierra. Lo intentó con el Sochaux y el Lille, pero fracasó con ambos clubs. Nada que ver con su desempeño en el continente al sur de Europa, donde se volvió a coronar como campeón africano en 2015 con Costa de Marfil. Como sucedió en el éxito de Zambia, fue en la tanda de penaltis después de empatar sin goles. “En África me siento libre”, ha reconocido el seleccionador de Arabia Saudí, cargo que asumió en 2019.

"No creo que pasemos"

Cambió de latitud, pero sigue manteniendo su residencia habitual en Dakar (Senegal). Tras conseguir la clasificación para el Mundial de Qatar, renovó hasta 2027 con el combinado saudí, que partía como el último en los pronósticos del grupo C que ha puesto patas arriba con el triunfo ante Argentina. Los albicelestes se quedan sin margen de error frente a Polonia y México.

"Nos encanta cuando se olvidan de nosotros desde fuera. Esto nos gusta, que nos consideren como el equipo más pequeño. No nos importa. Está justificado si tenemos en cuenta el ránking FIFA. No creo que pasemos a la siguiente ronda, pero estamos para luchar contra los pronósticos. En los Mundiales hay sorpresas y esa es la mentalidad que tenemos", aseguraba en la previa al estreno contra Argentina. Una mezcla de prudencia, honestidad y ambición, una baraja de argumentos con la que siempre ha trabajado el ‘Mago Blanco’, capaz de hechizar a la favoritísima y convertirla, nada más empezar, en un equipo vulgar.