A mediados de mayo os contábamos en Neomotor el objetivo de Mercedes-Benz de cara a los próximos años: aprovechar la electrificación para dar el salto al segmento de lujo. Sus planes pasaban por conseguir un beneficio por unidad del 14%, incrementando el precio de sus coches, centrándose en los modelos más caros, como el Clase S y el Clase G, y potenciando las gamas de AMG y Maybach, ambas con el foco puesto en la llegada de sus primeros eléctricos específicos.

Ahora, la compañía alemana entra en el verano con una hoja de ruta más clara. Si antes nos explicó a dónde quería llegar, ahora ha detallado cómo se adaptará a la nueva realidad que persiguen. En mayo dijeron que el 75% de las inversiones se destinarían a los segmentos más rentables del mercado, más de 2.000 millones de euros que, en una primera fase, se destinarán a adaptar sus fábricas para la electrificación y las nuevas plataformas que llevarán a Mercedes-Benz a un escalón superior del mercado premium.

Fábricas según la plataforma

Ya se sabía que las plantas alemanas de Sindelfingen, Bremen, Rastatt y la húngara de Kecksemét se encargarían de los eléctricos de lujo de la marca, pero la firma alemana ha detallado la distribución de plataformas y segmentos para cada una. 

En ese sentido, Sindelfingen se encargará de los coches más lujosos, lo más de lo más, basados en la nueva plataforma AMG.EA a partir de 2025. Bremen y Kecksemét se encargarán de los eléctricos basados en la plataforma MB.EA, los vehículos que formarán la columna vertebral de la gama del fabricante y sus marcas derivadas. Finalmente, Rastatt y, de nuevo, Kecksemét fabricarán los modelos “reposicionados” basados en la arquitectura MMA a partir de 2024, que admite electrificación pero también de motores de combustión. Para 2025, la firma de Stuttgart también presentará la plataforma VAN.EA, para furgonetas eléctricas, aunque no hay más información al respecto.

Gran parte del cambio de visión de Mercedes-Benz se notará en estos los coches MMA, que sufrirán un recorte de modelos, se dejarán de producir el Clase A y el Clase B, y se centrarán en la electrificación para las próximas generaciones del GLA, el GLB y el CLA Coupé y Shooting Brake. No es ningún secreto que Ola Källenius, CEO de Mercedes-Benz, desea incrementar la exclusividad de la marca y elevar su precio de acceso.

Paralelamente, Mercedes-Benz quiere desarrollar sus propios propulsores eléctricos, así como otros componentes clave en la movilidad eléctrica, que empezará a producir a partir de 2024 en su fábrica de Untertürkheim así como en Berlín, que se encargará de fabricar los motores eléctricos de Yasa, el fabricante británico de motores eléctricos de alto rendimiento que adquirió a mediados de 2021.

El primer paso

Pero todo lo anterior se está preparando para la próxima generación de vehículos de Mercedes-Benz, AMG y Maybach, los que finalmente les permitirán dar un salto adelante en términos de calidad para poder orientar su negocio al segmento de lujo, donde competirá con Porsche y Maserati, entre otras marcas.

Así serán los superdeportivos de AMG en el futuro.

Antes, sin embargo, deben consolidar una gama EQ de coches eléctricos que está teniendo una buena acogida y crecerá este año con el EQS SUV y con las nuevas versiones del EQE, así como un futuro EQE SUV que debe presentarse a finales de 2022. Mientras las berlinas EQS y EQE se producen en Alemania, el EQS SUV y el EQE SUV se fabricarán en Estados Unidos, en Tuscaloosa. Todos estos vehículos se basan en la actual plataforma EVA2.