Cada cierto tiempo, dependiendo del tipo de vehículo, los conductores deben enfrentarse a un trámite imprescindible para todo coche: la Inspección Técnica de Vehículos (ITV).

Esta cita obligatoria revisa la parte técnica y legal de los vehículos para certificar que se cumplen con los estándares mínimos de seguridad y que se respetan las leyes medioambientales vigentes.

Enfrentarse a este trámite es una gran preocupación para muchos de los conductores españoles, aunque si se hacen revisiones periódicas junto con labores de mantenimiento y prevención, no hay nada que temer.

Asimismo, es importante conocer cuáles son los fallos que más se cometen durante la inspección.

Según la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV), los fallos más comunes son los siguientes:

Iluminación y alumbrado

El sistema de iluminación y de alumbrado del vehículo es uno de los errores más graves que se detectan en los centros de ITV y es que es vital que se mantenga en las condiciones correctas, ya que sirve para ver con claridad la carretera, además de que es necesario que el coche sea visto por el resto.

En la prueba se analizan las luces cortas o de cruce, largas o de carretera, luces de freno, intermitentes, los warning, luces de aviso de peligro, luces antitiniebla y luces de matrícula.

Dependiendo del tipo de fallo, el defecto puede ser leve o grave.

Neumáticos

El estado de los neumáticos es otro de los fallos más comunes. El buen estado de este elemento es de vital importancia para garantizar la seguridad del conductor porque son el punto de contacto entre el coche y el asfalto.

Según la Ley, los neumáticos de un mismo eje deben ser del mismo tipo, tener las mismas medidas y el dibujo igual. Asegúrate de que las dimensiones sean las indicadas de acuerdo al certificado técnico oficial de tu automóvil.

Para mantener el estado de los neumáticos se deben controlar de forma periódica los niveles de las presiones y practicar una conducción responsable sin pasar los límites de velocidad y evitando acelerar y frenar de forma brusca.

En la inspección, si las ruedas no tienen la profundidad de dibujo pertinente (1,6 mm) o que están cuarteados, supondrá un fallo grave.

Exterior de vehículo

El mal estado de la carrocería del vehículo puede suponer la suspensión de la ITV.

El problema no viene de arañazos sino de deformaciones en los paragolpes, los espejos retrovisores o incluso en los faros.

En esta prueba también se revisa que la carrocería no tenga ninguna superficie cortante, ya que supondría un fallo grave.

Motor y transmisión

Contar con algún defecto en el motor o en la transmisión es un fallo frecuente. Suelen ser pequeñas fugas de aceite, anticongelante o el mal estado de las gomas, juntas o cables.

Frenos

El sistema de frenado es otro elemento cuyo buen funcionamiento es imprescindible.

Para comprobar su estado, las estaciones de ITV utilizan una máquina llamada frenómetro que analiza la fuerza de frenado, la diferencia entre las ruedas de un mismo eje y la fluctuación.

Prueba de humos y gases

Las pruebas que se realizan durante la inspección son distintas dependiendo del tipo de vehículo y su carburante.

Según las normas medioambientales, el uso del vehículo no debe suponer un exceso de emisiones. Para ello, el conductor tendrá que acelerar de manera constante a un determinado nivel de revoluciones y, a través de un sensor en el tubo de escape, se verificarán los humos y gases.

Matrícula

La matrícula debe estar legible, con los números y letras claramente reconocibles e identificables, en el caso contrario, supondrá un fallo.