Poco sabían los dos pescadores que a las dos de la madrugada de este pasado miércoles partían desde el puerto de Cala Rajada a faenar en el Canal de Menorca a bordo de su embarcación de artes menores Embat que la jornada iba a ser tan propicia.

"La primera picada se produjo a las seis de la mañana y se trataba de un ejemplar de atún rojo mucho más pequeño, de unos 38 kilos", comienza Martí Bisellach, patrón de la Embat.

"Unas tres horas después, a las 9,15, picó el grande, que en la primera carrera se llevó 500 metros de hilo. La pesca se prolongó durante apenas 45 minutos, porque el ejemplar venía enganchado por la cola y no podía nadar bien por lo que se agotó y murió enseguida", continúa Bisellach.

Martí Bisellach no puede contener su alegría ante una inesperada y espectacular captura. Diario de Mallorca

Ya capturado, el problema era cómo subir a bordo de la embarcación un ejemplar que, revela el patrón, pesaba 215 kilos. "No podíamos con él entre mi compañero Jeremy Martos y yo. Así que recurrimos a otros dos pescadores que estaban faenando por la zona, Pep y Toni. Se subieron a nuestra barca y entre los cuatro conseguimos izarlo a bordo", prosigue.

Como es habitual hacer con estas capturas, es preciso desangrar al pescado para evitar que la sangre oscurezca en demasía su carne tan apreciada y la haga menos atractiva para los consumidores. "Le hicimos un corte en la cola y en las aletas dorsales, al lado de la arteria del corazón, para que se desangrara", explica este patrón que señala que ese profuso vertido de sangre en alta mar no provocó la presencia de escualos o de alguna otra especie de peces.

Tras desangrarlo, procedieron a eviscerarlo para llegar con el pescado limpio a puerto. "Sin tripas pesaba 196 kilos. Era una hembra que, afortunadamente, ya había desovado. Estos ejemplares se encuentran en estos momentos en plena época de reproducción", alecciona este profesional del mar que consiguió este miércoles capturar el segundo gran túnido de su vida tras otro de 187 kilos que pescó hace unos cinco años. "Con ese estuvimos tres horas para sacarlo", diferencia.

Vendido a diez euros el kilo

Ya una vez izado, desangrado y eviscerado, colocaron un lona sobre el pescado y le añadieron una buena cantidad de hielos para conservarlo mejor hasta su llegada a puerto tras dos horas de travesía. "Entraba mal tiempo y, con ese ejemplar, dimos la jornada por terminada", señala el pescador Bisellach recordando que sus días de faena en el mar pueden prolongarse durante un máximo de 16 horas, desde las dos de la madrugada que parten de Cala Rajada hasta las 18 horas en que ya deben estar de vuelta y amarrados.

Bisellach y su hijo Martí, izquierda, con el ejemplar capturado y su compañero Jeremy Martos Diario de Mallorca

"Se ha vendido esta misma mañana en la lonja de Opmallorcamar en Palma. A diez euros el kilo", concluye este profesional admitiendo que el precio obtenido por un pescado de carne tan apreciada pudiera parecer bajo, "pero es que estos ejemplares tan grandes no tienen mucha salida aquí, en Mallorca". Circunstancia que no le impide comparar esta afortunada y espectacular captura como "hallar un cofre del tesoro" en medio del mar.