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BOULEVARD

Boulevard: El PSOE balear denuncia a Koldo, debe ser una broma

Acierta Sagreras al denunciar el ‘lawfare’ mallorquín, consistente en que el Tribunal Superior de Justicia de Baleares no ha condenado en toda su historia a un político del PP, aunque sí a quienes han perseguido su corrupción

El portavoz del PP, Sebastià Sagreras. B. Ramon

Recapitulemos. (Vale, pero sea breve, que estamos en domingo). El caso Koldo es un escándalo de corrupción del PSOE, que posee los derechos exclusivos de la compraventa masiva de mascarillas desde el ministerio de José Luis Ábalos. El cargamento más hediondo de la trama fue adquirido en Baleares por el Govern Armengol, jamás utilizado por el Govern Armengol, con su carácter fraudulento nunca denunciado por el Govern Armengol pero agradecido fervorosamente por el Govern Armengol.

A partir de este sucinto relato, investigado en la Audiencia Nacional, el Congreso, el Senado y el Parlament, el PSOE denuncia penalmente ¡al PP! Debe ser una broma. No solo culpa a Javier Ureña, el director general del IB-Salut de los populares que se inmoló a lo bonzo con dos resoluciones personales autoinculpatorias. Los socialistas arremeten también contra la sociedad Soluciones de Gestión, la matriz de Koldo a quien los hombres de Pedro Sánchez favorecieron descaradamente al comprarle los veinte millones de mascarillas en disputa.

A la denuncia penal le sobran argumentos, el problema estriba en que la interponga uno de los culpables ex aequo de la trama. Siempre a la vanguardia en la innovación corrupta, Mallorca ha logrado un escándalo de simetría perfecta en que el PSOE es culpable por regalarle cuatro millones de euros a la trama Koldo, y el PP es culpable por perdonarle cuatro millones de euros a la trama Koldo. Intentaré explicarlo mediante una parábola. (Ya podemos echarnos a temblar). Dos ladrones atracan un banco, y uno de ellos le roba al otro su parte del botín, así que el damnificado se querella contra su socio.

Quede claro que la admisión a trámite y la exploración de la denuncia del PSOE son lógicas, si a continuación se incluye entre los protagonistas a los dirigentes progresistas que aceptaron, pagaron, felicitaron y no reclamaron durante años a la trama. Dicho de otra manera ¿están contentos los altos cargos socialistas Juli Fuster, Patricia Gómez o Manuel Palomino con la apertura de una nueva vía penal sobre su escandalosa contratación?

A la hora de criticar la querella contra un Ureña sacrificado por el PP, acierta Sebastià Sagreras al denunciar el lawfare, pese a la evidencia de que desconoce el significado de la palabra que pronuncia en honor de su importador Pablo Iglesias. Por cierto, no diga loufeer. El activismo judicial mallorquín significa que el Tribunal Superior de Justicia de Baleares no ha condenado en toda su existencia a un político del PP, aunque sí a quienes han perseguido la corrupción de la derecha. El ente incluso protegió a jerifaltes que después acabarían en la cárcel, o que ya lo estaban.

Las pequeñas injusticias duelen más que las grandes, así que exigimos al Govern que abra de inmediato la biblioteca médica virtual de Bibliosalut a los facultativos que además son doctores, pero que no pueden acceder a ella por trabajar en clínicas privadas. Estos profesionales sacrifican horas al sueño y a la familia para mantener en pie una investigación siempre ingrata. Negarles una herramienta esencial demuestra una miseria insoportable.

Habrán notado la reducción notable de la superficie de las playas mallorquinas, gracias a los temporales del pasado invierno, pronto tendremos a veinte millones de turistas visitando la Catedral. A propósito, ¿puede explicar Cort por qué una plazoleta de Cala Major está ocupada íntegramente por mesas de un restaurante sin señalizar?, ¿la autorización tácita proviene del mismo alto cargo municipal que otorga licencia de peluquerías a los prostíbulos chinos, y mediante el mismo procedimiento?

Nils Burwitz escribe «quizás por última vez, en uno de los inesperados momentos de claridad que me ofrece James Parkinson». DM

Nils Burwitz es mi retratista oficial, me ha arrancado literalmente el alma con sus lápices en varias ocasiones. Vuelve a estremecerme en su carta más reciente, «te habría escrito antes pero James Parkinson va y viene y me garantiza, como en este preciso instante, inesperados momentos de claridad». Habla de que «esta puede ser seguramente mi última exposición» en la Tafona Gallery de Deià. Exagera, su trayectoria pictórica de la «confrontación a la conciliación» derrocha vitalidad. Ánimo, Nils, necesito tus retratos para reconocerme. No eches el cierre, compañero.

Reflexión dominical renacentista: «Los que nacieron en Mallorca serán exterminados por los que renacieron en Mallorca».

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