El sector primario solo sobrevivirá si es viable económicamente, y de ello depende tanto la profesionalización, como la digitalización y el relevo generacional. Ésta fue la principal conclusión alcanzada durante la jornada Planeta Agro celebrada el pasado 30 de abril en el Club Diario de Mallorca, una cita impulsada por AgroBank, la línea de negocio agroalimentario de CaixaBank, y organizada por Diario de Mallorca con el patrocinio de PIEMA. La mesa de expertos, que contó con la participación de Guillem Bibiloni, director de AgroBank en Baleares; Francisca Parets, gerente de Cooperatives Balears; Miquel Coll, presidente de APAEMA; Joan Company, presidente de Asaja Balears, y Gabriel Maimó, director general del grupo Fontanet; estuvo moderada por la periodista de Diario de Mallorca Mar Ferragut. 

Marisa Goñi, directora de este periódico, dio la bienvenida a los asistentes al evento recordando que «sin sector primario, no hay humanidad». A partir de aquí Goñi recordó que la agricultura ha sido vertebradora de civilizaciones y que ahora se enfrenta a «nuevos retos que precisan de respuesta financiera». Goñi subrayó que los medios de comunicación deben informar en profundidad sobre esta actividad para que no se olvide su relevancia, y deseó «que la jornada sirva para que la agricultura sea entendida por la sociedad y por los representantes políticos». 

Tras el parlamento de Marisa Goñi tomó la palabra Fernando Fernández Such, director general de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural quien no obvió que el sector se halla en un momento delicado y apuntó las claves que creía indispensables para revertir la crisis: enfrentar el inevitable cambio cultural que se está dando en el sector, profesionalizarse y tener «un entorno amigable» que sepa entender las particularidades del sector. Fernández finalizó afirmando que «la pelota está en el tejado del sector. Confío mucho en él y en las organizaciones y las cooperativas que cuanto más fuertes sean, mejor para la administración agraria». 

José Carlos Martínez, director de Red AgroBank, adelantó en su ponencia algunas cuestiones que después se recogerían en la mesa como la profesionalización, el relevo generacional y la necesidad de crear productos de calidad diferenciados. También destacó el apoyo de CaixaBank al sector, más allá de su papel como entidad financiera. «La situación solo se puede revertir generando productividad y rentabilidad. Hay que empezar por la sostenibilidad económica, sin ella es imposible que haya relevo generacional». Martínez recordó el servicio personalizado que AgroBank ofrece a los agricultores, su oferta de productos y servicios específicos y las acciones de impulso al sector que desarrollan con el apoyo de MicroBank o la fundación CaixaBank Dualiza. «Es vital que llegue la modernización, trabajar para que las explotaciones generen rentabilidad suficiente. Todo esto no es un gasto es una inversión», concluyó.

José Carlos Martínez, director de Red AgroBank DM

La mesa de debate

Guillem Bibiloni inició el coloquio destacando que, ya que se conocen las debilidades del sector, «es hora de planificar y pasar de las palabras a los hechos». Francisca Parets apuntó que la situación del campo está marcada por el encarecimiento de los suministros, el cambio climático y la desvinculación de la sociedad del sector. «Europa ha sumido el liderazgo de la lucha por el medio ambiente, pero no se han evaluado los costes que sus políticas tienen para el sector y para la sociedad», reflexionó. Joan Company puso sobre la mesa las cifras del campo en Baleares para constatar que está lejos de alcanzar los objetivos económicos, medioambientales y sociales que marca la PAC. En este sentido mencionó la escasa aportación del sector primario balear al PIB, un 0,59%, el retroceso de las tierras de regadío, la falta de relevo generacional, de productividad y de incorporación de la mujer. La producción ecológica se sitúa en el 20%, pero tiene poco impacto en las hortícolas y en la ganadería, dijo Company. «Somos la región española que menos ecoesquemas ha solicitado a la PAC de 2023. La visión medioambiental de nuestro sector está bajo mínimos». «No tenemos economía de escala, no tenemos productividad, no tenemos orientación medioambiental ni relevo generacional», resumió Company. Miquel Coll consideró que para que el sector pueda crecer, ser competitivo y atraer a los jóvenes tiene que valer la pena invertir a largo plazo en una explotación agraria. Coll consideró necesaria «una reflexión seria de la normativa que afecta al propio sector y limitar los usos del suelo. No podemos permitirnos el lujo de no tener agricultura». Por su parte Guillem Maimó, pese a reconocer la situación extrema del campo argumentó que «hay una oportunidad para el cambio. Tenemos que dar valor a nuestro producto, cambiar de modelo y pasar a una gestión profesional».

Guillem Bibiloni, Francisca Parets, Joan Company, Miquel Coll y Gabriel Maimó. DM

La incidencia de las últimas tractoradas fue otra de las cuestiones que se pusieron sobre la mesa. Para Maimó las protestas del sector han servido para recabar el apoyo de la sociedad aunque admite que «pronto se olvida». Maimó espera que haya una modificación y se pase de la gran distribución al kilómetro cero. Para Parets estas manifestaciones han sido un punto de inflexión: «Ha habido unidad de acción en el sector y trabajo conjunto. Se ha dado un toque de atención a la sociedad y al sector económico que rodea al turismo». Sin embargo Parets cree que «la realidad del campo sigue siendo la misma» y que sigue habiendo una falta de acompañamiento de la Administración para con los agricultores. «Las cooperativas y SATS son elementos vertebradores del sector que han sido dejadas de lado durante años». En este sentido enfatizó el papel de las organizaciones agrarias en el apoyo a los productores. Coll también subrayó la relevancia de la unidad del sector durante las protestas si bien matizó que los productores ecológicos no están de acuerdo en rebajar los objetivos 2030: «No podemos dar pasos atrás. La administración tiene un papel fundamental de acompañamiento en formación, digitalización durante esta transición que ha sido rápida, pero es que no tenemos más tiempo» abundó Coll. Para Company con las tractoradas se ha abierto un paréntesis y «se han conseguido flexibilizar las medidas medioambientales, simplificar los ecorégimenes, ha retirado a los pequeños productores los controles y las penalizaciones, lo cual es un peligro. Hay voluntariedad del cuaderno digital, hay prórrogas», consideró Company. Bibiloni también destacó la imagen de unidad del sector y la fuerza que mostró en Bruselas. «Podemos hacer un paréntesis para coger impulso ante la digitalización y la profesionalización y la financiación es clave». En cuanto a las PAC Coll consideró que tienen que servir para que «variedad de explotaciones sean viables y haya menos abandonos».

Por su parte Maimó expresó la necesidad de que los productos importados cumplan con las mismas condiciones que los producidos en Europa. «Debemos transitar hacia el sector primario del siglo XXI», afirmó. Parets pidió «una visión más agraria de las PAC, que haya políticos que conozcan el sector. También mencionó la importancia del agua y su gestión para la viabilidad de la actividad. 

Company insistió en la necesidad de tener una visión estratégica a diez años vista y criticó el exceso de paternalismo ejercido por la administración sobre el sector. Coll pidió herramientas para el desarrollo de cultivos como los frutales y consideró necesario reflexionar sobre los hábitos de consumo. «Hay que pagar un precio justo por el producto», concluyó.