«Uniformidad militares: Gala. Vestuario Civiles: Traje oscuro/ Vestido corto. Se ruega asistan con 15 minutos de antelación».
Estas son las recomendaciones que figuran en las invitaciones cursadas a la sociedad civil por el comandante general de Balears, Fernando Luis Gracia Herréiz, para asistir al acto que, con motivo del Día de la Fiesta Nacional, tendrá lugar el próximo día 11 de octubre a las once de la mañana en el Paseo del Borne de Palma.
Una celebración que incluirá un izado de la bandera española y un homenaje a los caídos por España y que, por primera vez en la historia reciente, tendrá lugar en el centro de Palma en lugar de en un recinto militar como se ha hecho en ediciones anteriores de la efeméride.
Algo que ya ha suscitado la crítica de algunas formaciones políticas como Més per Palma, cuya concejala y portavoz Neus Truyol reclamó ayer al gobierno municipal que no preste el espacio público para desarrollar actividades que normalicen los conflictos bélicos.
La concejala pidió que «el ayuntamiento de Palma debe promover la cultura de la paz, y ésta es la única bandera que deben levantar y estar presente en las calles de Palma. Especialmente en un contexto internacional con varias guerras activas, incluso una en Europa. La institución debería marcar un camino que va desde la denuncia de la guerra, de sus motivos y argumentos economicistas, de los gastos absurdos y de los intereses ocultos, hasta la necesaria cultura de la paz, pasando por todas las posibilidades de desarme, los referentes de paz y las reflexiones que nos orientan hacia la justicia global».
Gobierno de absoluto retroceso
La portavoz denunció que «ningún gobierno municipal se había atrevido antes a sacar una festividad como ésta de los recintos militares. Esto nos muestra que estamos ante un gobierno de absoluto retroceso, y nos hace viajar 50 años atrás, cuando el Ejército era el protagonista del sistema político. Este hecho no hace más que recordarnos el estilo rancio del pacto de gobierno PP-Vox».