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Una mujer separada tendrá que dejar su casa al vivir con su novio

Negó que tuviera pareja y dijo que se trataba de un obrero que hacía reformas

La Audiencia de Palma se ha pronunciado sobre este conflicto familiar.

El uso y disfrute de una vivienda familiar de una persona, sea hombre o mujer, que se ha separado de su pareja no es eterna. El que se queda con la casa después de la separación debe cumplir una serie de normas para no perder este derecho al disfrute del inmueble. Aunque es habitual que tanto el hombre, como la mujer, que se han quedado con la casa inicien una nueva relación y convivan en la casa con su nueva pareja, son muy pocos los casos que después terminan en los tribunales.

Sin embargo, la Audiencia de Palma, en una reciente sentencia, se ha pronunciado sobre un caso ocurrido en Mallorca, dando la razón al marido. El varón demandó a su expareja porque él abonaba la mitad de la hipoteca para que la madre de sus hijos siguiera viviendo en la casa hasta que los niños fueran mayores, mientras que ella se aprovechaba de este situación para convivir en la vivienda con su nueva relación. Ahora la mujer tiene un año para abandonar la casa, ya que no la está utilizando como el espacio que antiguamente fue el domicilio familiar.

Esta pareja que reside en Palma se divorció hace ahora once años. El matrimonio acordó que la mujer se responsabilizaba del cuidado de los hijos y a cambio ella seguía disfrutando de la vivienda familiar. El marido tuvo que buscarse otra vivienda, pero seguía pagando la mitad de la hipoteca del piso en el que anteriormente estuvo viviendo con su mujer.

El marido descubrió que su exmujer mantenía otra relación desde hacia tiempo y que esta nueva pareja vivía con ella y con sus dos hijos. Es decir, ella había creado una nueva familia.

El hombre acudió a los tribunales, para poder recuperar la vivienda familiar. La mujer tuvo que acudir al juzgado y dijo que no era cierto que tuviera nueva pareja. Afirmó, sin ser cierto, que el hombre al que veían con frecuencia por su casa era un obrero que estaba reformando la vivienda.

Esta versión pronto se desmontó. El propio novio fue quien, en efecto, confesó que mantenía una relación con la mujer. Además, los jueces han analizado imágenes en las que este hombre aparece junto a los hijos de su pareja y mensajes donde se indica que vive en el domicilio familiar. Además su nombre aparece en el buzón de la vivienda familiar.

El tribunal de la Audiencia señala que existen recientes sentencias que establecen que «el derecho de uso de la vivienda existe y deja de existir en función de las circunstancias que concurren». Es decir, se mantiene este derecho si la casa en cuestión mantiene el carácter familiar, pues se trata del espacio en el que ha convivido este núcleo de la familia.

En el caso de esta pareja separada que reside en Palma, el tribunal señala que esta vivienda ha dejado de ser un espacio familiar. Y ello se debe a que la mujer ha iniciado una relación con otra pareja, a la que ha introducido en la vivienda en la que antes vivió con su anterior marido, quien continúa abonando la mitad de la hipoteca.

Los jueces de la Audiencia se decantan por dar la razón al varón frente a su exmujer. «Esta vivienda ha dejado de ser el espacio familiar» al introducir en ella a la nueva pareja de la mujer. Al dar la razón al marido, la mujer y su nueva pareja tendrán que abandonar la casa.

El tribunal le da un tiempo prudencial de un año para que busque una nueva casa y realice la mudanza. Los jueces no se pronuncian si, a partir del momento en el que ella se marche, qué se debe hacer con la vivienda. Lo único que ordena la sentencia es que ella se tiene que marchar y buscar un nuevo hogar, junto a sus dos hijos y su nueva pareja sentimental.

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