Francina Armengol confirmó ayer que será la cabeza de lista del PSIB-PSOE a las elecciones generales del próximo 23 de julio. La dirigente socialista llevaba varios días pensando si debía dar el paso -«es una decisión meditada tanto con mi familia como con mi círculo de amistades y compañeros»-, aunque desde Madrid tenían claro desde el principio que debía ser ella: «Es hora de la lucha ideológica, de confrontar modelos de sociedad».

Armengol está considerada como uno de los grandes activos dentro del PSOE después de ocho años al frente del Govern, con una gestión que ha sido reivindicada tanto dentro como fuera de las islas. Además, el partido tiene claro que es una figura fundamental para agrupar el voto útil de la izquierda. Deberá dimitir antes del 19 de junio, fecha límite para presentar candidaturas, y ahora el Govern deberá revisar bien la ley para saber quién debe sucederla de forma temporal.

Armengol seguirá liderando el partido en las islas como secretaria general y emula a su mentor Francesc Antich, quien fue cabeza de lista al Congreso en 2004 después de perder las elecciones ante el PP. Ahora, una vez hayan pasado las generales, deberá elegir a la persona responsable de ejercer como jefe de la oposición durante cuatro años en el Parlament.

La líder del PSIB considera que «no es el momento de ponerse de perfil» porque las elecciones son «absolutamente trascendentales» para el futuro del país: «Ahora más que nunca tenemos que dar un paso adelante y firme». Por ello, pide a su partido «valentía y fuerza» para ganar los comicios. A partir de este momento la formación política deberá aceptar la candidatura, que será ratificada de forma definitiva el próximo 10 de junio en el Comité Federal.

La candidata califica de «absolutamente acertada» la decisión de Pedro Sánchez de convocar elecciones y plantea la siguiente cita electoral como una disputa entre «una España democrática que avance o volver 40 años atrás». Así, expresa que el PSOE es «el único instrumento que puede parar un gobierno de regresión» de PP/Vox y lamenta que las autonómicas y municipales se votaran en clave nacional porque los ciudadanos no valoraron su gestión.

La dirigente socialista afirma que «salimos a ganar» porque cuando hay una adversidad «nos crecemos» y reitera que «me dejaré la piel» por estas islas y para evitar que PP y Vox ganen las elecciones generales, una situación que significaría «perder muchísimas cosas, derechos y libertades». Además, defiende que seguirá reivindicando desde Madrid la necesidad de avanzar hacia una España federal en contra de los partidos que quieren recentralizar las competencias en sanidad o educación: «Hemos luchado mucho por nuestro autogobierno».

Confesó que durante las autonómicas y municipales ha habido «algunos momentos fantásticos y otros no tan ilusionantes», aunque agradece la confianza a los más de 118.000 personas que le votaron: «Esperan que no les defraudemos, lucharemos para hacer mejor esta tierra».

En este sentido, la presidencia en funciones quiere «exportar» a España el modelo de diálogo social aplicado en Baleares «que hace que creemos más puestos de trabajo y subamos más los salarios que nadie». Todo ello, destaca, defendiendo los avances sociales y «combatiendo los discursos de la derecha y la extrema derecha desde todas las plataformas estatales, institucionales y mediáticas».