Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Baleares tiene a 30 inspectores para controlar 21.000 locales de alimentación

El servicio de Seguridad Alimentaria lamenta que solo puedan cursar una visita cada seis años a cada establecimiento cuando la ley la marca cada 18 meses

Escasa formación de los manipuladores de alimentos, fallo habitual. B. Ramon

Pese a que los nuevos establecimientos de restauración y alimentación surgen como setas en una comunidad volcada en el turismo y los servicios como esta, su departamento de Seguridad Alimentaria no se ve reforzado de la misma manera para garantizar la seguridad de los consumidores.

Fuentes del citado servicio han lamentado que en estos momentos disponen de apenas una treintena de inspectores para ejercer labores de control sobre un total de 21.000 establecimientos alimentarios diseminados por todo el archipiélago. Y es que estos funcionarios públicos no solo deben velar por que los restaurantes cumplan con las medidas de higiene establecidas, sino hacerlo también con los establecimientos que venden comidas, ya sean cadenas de supermercados, colmados de barrio o carnicerías y heladerías, entre otros.

«A fecha de 1 de enero de este año teníamos censados en Baleares 14.000 restaurantes a los que hay que añadir los establecimientos que comercializan alimentos. En total serán unos 21.000 los establecimientos que debemos controlar», manifestaban fuentes del citado servicio que requirieron el anonimato.

En estos momentos el servicio de Seguridad Alimentaria dispone en Mallorca de 16 inspectores para controlar los establecimientos de Palma, cuatro para la comarca de Inca y siete para la de Manacor. Dos más cubren todo el territorio de Menorca y un número similar el de las Pitiüses.

Infracciones sin corrección

«La Agencia Española de Seguridad Alimentaria ha establecido que cada restaurante medio debe ser inspeccionado al menos una vez cada 18 meses. Aquí, entre una visita y la siguiente pasan más de seis años», lamentan.

Esta circunstancia provoca por ejemplo que los inspectores comprueben que en una inspección en la que hayan detectado infracciones graves como la escasa formación de los empleados que manipulan los alimentos que haya sido sancionada con una multa de hasta 2.000 euros, detecten los mismos incumplimientos cuando vuelven a cursar una visita seis años después.

Las citadas fuentes recuerdan que se trata de un problema de Salud Pública sobre el que las autoridades, y más la de una comunidad turística como esta que recibe millones de visitantes cada año, deberían estar más encima.

«Hace unos cuatro años se produjo un brote de salmonelosis en un restaurante chino de Palma que afectó a más de cien personas», recuerdan desde el servicio y preguntándose qué pasaría si un brote similar aconteciera en Magaluf en plena temporada estival, qué imagen darían de los establecimientos de restauración de la isla los tabloides sensacionalistas británicos.

El servicio de Seguridad Alimentaria, en el balance de sus actuaciones a lo largo del año pasado, concluyó que siete de cada diez restaurantes inspeccionados habían incurrido en deficiencias graves y leves que ponían en riesgo a sus clientes. En 2022 se cursaron un total de 2.237 visitas a establecimientos de restauración colectiva, 1.864 de ellos en Mallorca. En un 2% de estos últimos, unos 37, la situación era pésima, «un compendio de todo lo que no se debe hacer» en el sector de la restauración, lamentaron.

Compartir el artículo

stats