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Por primera vez saber catalán dará puntos para ser profesor en la UIB

La Universitat no exigirá un nivel determinado, pero al contratar valorará el conocimiento de la lengua catalana o la disposición a aprenderla en un plazo de dos años - Estudian que dar las clases en catalán sume para lograr un plus salarial

La facultad de Medicina es la que tiene más profesores no catalanoparlantes. Manu Mielniezuk

Por primera vez, saber catalán dará puntos en los procesos selectivos para ser contratado como profesor en la Universitat de les Illes Balears.

No será un requisito, ni se exigirá un nivel determinado, pero por primera vez las comisiones de contratación valorarán que los aspirantes tengan un conocimiento de la lengua catalana que les permite expresarse con fluidez para dar una clase y para elaborar materiales. Si no tienen ese nivel, se tendrá en cuenta si muestran un compromiso de poder hacerlo en el plazo de dos años.

Esta es una de las novedades de la nueva política de contratación aprobada por la Universitat este mes y que se aplicará en las convocatorias de plazas de profesor ayudante doctor y de profesor asociado que se espera vayan saliendo, en principio, dentro de un mes.

El objetivo es aumentar el porcentaje de asignaturas que se imparten en catalán, cabe recordar que la UIB pretende que en tres años el catalán se use como lengua vehicular en el 35% del horario, algo que no sucede en varios títulos, como Derecho, Medicina y Fisioterapia. El reto de la institución es lograr ese porcentaje ‘convenciendo’ a los docentes, ya que, debido a la libertad de cátedra, tienen derecho a usar la lengua que consideren.

«No se puede prohibir dar las clases en castellano», razona el vicerrector de Personal Docente e Investigador, Antoni Bordoy, quien defiende que este nuevo criterio de contratación no impedirá atraer a profesorado de fuera de Balears que no conozca la lengua catalana. De hecho, asegura, antes de incluirlo en la nueva norma revisaron este punto con los departamentos que más profesorado de fuera emplean (Ciencias, Economía y Medicina) y estos dieron su aprobación.

«Aquí viene mucha gente de fuera y queremos que este punto sea algo en positivo, dar herramientas para que conozcan la lengua catalana y puedan expresarse como para dar una clase y preparar los materiales», apunta Bordoy.

Para incentivar a los profesores ya contratados en esta línea, el vicerrector señala que han trabajado distintas propuestas con la dirección general de Política Lingüística y la de Universidad y parece que el planteamiento que saldrá adelante (aún se está negociando) es que usar el catalán como lengua vehicular permita obtener más puntos para obtener antes el complemento de docente e investigación.

Este nuevo criterio es solo una de las novedades de la política de contratación que implantará la UIB en las próximas convocatorias de ofertas de plazas de ayudante doctor y de asociado. Se añade una novedosa parte de evaluación cualitativa del candidato a la habitual parte cuantitativa.

En esta parte, la habitual baremación de méritos, la gran novedad para el vicerrector es que se concretan los «factores de corrección», que miden y puntúan la distancia entre los méritos presentados y su adecuación a la plaza, un cálculo que antes quedaba en manos de las comisiones de contratación (lo que podía generar arbitrariedad) y ahora se hará según lo marcado por la ANECA (la agencia estatal de acreditación), con lo que serán «hiperobjetivos».

Asimismo, en el apartado de méritos, según fija la LOSU, se redistribuyen los pesos y la docencia pasa a contar lo mismo que la investigación (antes tenía menos importancia). Las becas, contratos y proyectos, tanto de investigación como de docencia, también pesarán más.

La introducción de una evaluación cualitativa es otro aspecto innovador. Se hará una entrevista individual (pública) y en el caso de las plazas de ayudante doctor (las de asociado son ligeramente diferentes) se valorará la adaptación del candidato a la estructura a la que se incorpora; a la docencia vinculada al ámbito y especialización de la plaza (aquí entraría el tema del catalán); a las líneas de investigación; y a los valores y a las normas de convivencia de la UIB. La parte cualitativa prevé una entrevista individual (pública) y el aspirante deberá obtener un mínimo de puntuación en esta fase para seguir adelante en el proceso.

Otra novedad es que habrá ‘una lista de reserva’ de los candidatos que obtengan más de 80 puntos y así si el primer aspirante rechaza la plaza, se ofrecerá al que quedó segundo y así. Se pretende que no queden plazas desiertas y tener que volver a lanzar el proceso.

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