El director general de Agricultura, Fernando Fernández, se ha reunido esta mañana con los representantes del sector primario de Baleares para evaluar las medidas que se deben adoptar ante la situación de sequía que afrontan las islas en los próximos meses.

El Govern viene manteniendo un seguimiento continuo sobre la situación del campo y los efectos que tiene la meteorología sobre este sector. Fernández ha explicado que la situación, en cuanto a falta de lluvias, en Baleares es mucho menos graves que en algunas zonas de la Península, que viven una situación extrema de sequía. En Baleares la situación ha sido muy variable. Así, hasta el mes de marzo las precipitaciones de lluvias fueron muy suaves y ello lo agradecieron las plantaciones. Sin embargo, en el último mes y medio la situación ha cambiado. Han subido las temperaturas y ha dejado de llover, lo que ha provocado que las reservas de aguas que se habían acumulado este primer trimestre se han ido evaporando y ha empeorado la situación.

Los cultivos que más preocupan a los técnicos de la conselleria de Agricultura en estos momentos son los cereales y los forrajes, que son básicos para la alimentación de los animales. En cambio, otros cultivos, como pueden ser las frutras, los viñedos o los olivos la situación no es tan preocupante, según detalló el director general.

En la reunión de la denominada mesa de la sequía se analizó también las consecuencias del decreto ley que ha aprobado el Gobierno central para afrontar esta situación de falta de lluvias. A este decreto se suma una circular del Ministerio, en el que se flexibilizan las condiciones para optar a las ayudas económicas de la PAC para agricultores y ganaderos. Para poner un ejemplo de esta flexibilización, el director explicó que este año los cultivos de alfalfa se pueden cosechar antes de la floración, para que los animales puedan comer el forraje. En una situación normal no se cobrarían estas ayudas si no se hubiera terminado el proceso de cultivo, pero la sequía que se vive en estos momentos cambia la situación de estas ayudas.

El Govern teme que este verano la situación de sequía va a empeorar y el sector agrícola y ganadero va a afrontar unos meses complicados. No solo lloverá poco, sino que al aumentar el calor los animales consumen más aguas.

En la reunión de esta mañana se ha detallado la situación de las masas de agua acumuladas y de las balsas que se utilizan para el riego de los campos. Se ha pedido a los agricultores que sean responsables con el uso de agua, que en la mayoría de casos obtienen a través de los acuíferos. La conselleria de Agricultura va a imponer a las comunidades de regantes unos turnos de riego durante estos meses de sequía. Los agricultores, repartidos por zonas, no podrá utilizar más agua de la que entra cada día a estas balsas de riego, que reservarán un 30 por ciento de su capacidad.

Las altas temperaturas están atacando sobre todo a los cereales y a los forrajes. Al evaporarse más rápidamente el agua acumulada los cultivos se están secando. Ello se está traduciendo una merma en la producción. En el caso hipotético de que en los próximos días las lluvias reaparecieran en Baleares, estos cultivos ya no se beneficiarían de esta llegada del agua.

En los próximos meses los cultivos que necesitan más agua son las hortalizas y las frutas. Las inversiones que ha realizado el sector para modernizar el sistema de regadío serán muy importantes en los próximos meses, según detalló el director general, porque permitirán una mejor administración del agua. Por ello, el Govern no cree que vayan a producirse problemas de producción de estos productos en las islas.

Ante la posibilidad de que esta falta de recursos hídricos, que se traducirán en unas cosechas más escasas, pueden repercutir en una subida de precios, Fernando Fernández no descarta esta situación. Sin embargo, no la atribuye tanto a la reducción de las cosechas en las islas, sino en el impacto que vendrá de la península, donde sí se están disminuyendo algunos productos por la fuerte sequía que se está produciendo.

El Govern teme que el forraje que se cultiva este año en Baleares no va a ser insuficiente para alimentar a todos los animales. De hecho, la cosecha de este producto se va a reducir en un 60 por ciento y lo mismo ocurrirá en la Península. Por tanto, los ganaderos se verán obligados a acudir al mercado para comprar forraje para alimentar a sus animales, a un precio muy alto.