El obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, no iba equivocado cuando confiaba en que su mandato al frente de la diócesis tendría prórroga. El Papa Francisco le ha concedido dos años más en su servicio episcopal.

El sumo pontífice se lo comunicó a través del Dicasterio hace unos días a Taltavull, quien a su vez lo anunció en el Obispado el pasado jueves, tal y como ha podido confirmar este diario.

Taltavull fue nombrado obispo de Mallorca el 19 de septiembre de 2017, después de un año como administrador apostólico de la diócesis y una larga trayectoria pastoral. Como se recordará, tuvo que mandar una carta de renuncia al Papa Francisco al cumplir los 75 años, tal y como marca el Derecho canónico, aunque él había expresado varias veces su buena disposición a continuar en el cargo. Ya en su momento, el prelado confió en que el Papa prorrogaría su mandato.

Precisamente hace poco Taltavull se reunió con el Papa Francisco en la audiencia de los Blauets de Lluc celebrada en el Vaticano. En ambientes eclesiásticos, de hecho, se interpretó que el prelado viajó a Roma para mostrar al sumo pontífice su energía y compromiso por seguir en el puesto.

Sea como fuere, la máxima autoridad eclesiástica ha optado por la continuidad del mandato de Taltavull, para sorpresa del propio obispo, que permanecerá en su cargo hasta 2025 (por lo menos) si ningún problema de salud se lo impide. La noticia ha sido muy bien recibida por el prelado y sus seguidores, aunque no tanto por ciertos sectores del clero que deseaban un cambio de rumbo en la diócesis y confiaban que el obispo sería relevado al llegar a los 75 años.

Una de las polémicas más destacadas que han rodeado al obispo fue la de su vacunación contra la covid. Taltavull se inyectó el fármaco en la residencia para sacerdotes jubilados de la calle Sant Bernat de Palma, aprovechando la sesión de vacunación del personal del geriátrico, pese a que en ese momento no entraba dentro de los casos prioritarios que marca el protocolo y que tampoco residía en ese centro. Ante el malestar que generó la noticia, pidió perdón poco después en un comunicado. Desde entonces bajó su perfil público y adoptó un enfoque más discreto.

Con todo, el obispo de Mallorca está ahora en la misma situación que el cardenal de Madrid, Carlos Osoro, que tiene 76 años de edad, o el de Barcelona, Juan José Omella, que tiene 75. Ambos han extendido su mandato por orden del Vaticano, que tiene el poder de rechazar la renuncia canónica de los administradores apostólicos si así lo considera.