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Taxis y microbuses buscan un pacto para evitar más peleas en el aeropuerto de Palma

Los presidentes de ambas patronales se reunirán el viernes para fijar unas reglas de juego sobre su forma de trabajar en el aeropuerto

La tensión entre taxis y microbuses desató una protesta el pasado lunes en el aeropuerto. B. Ramon

«Si no paramos esta guerra diaria, habrá una desgracia», afirma el presidente de la asociación balear de transportistas de viajeros, Juan Gorreta, patronal que agrupa a las empresas de microbuses que están registrando fuertes enfrentamientos con el sector del taxi en el aeropuerto de Palma. Las tensiones han alcanzado tal nivel que Gorreta y el presidente de la asociación mayoritaria de taxistas en Palma (Taxis-Pimem), Biel Moragues, van a celebrar el próximo viernes una reunión para intentar pactar unas reglas de juego entre ambos colectivos que pongan fin a las peleas que ambas partes están registrando, y que desembocaron el pasado lunes en un bloqueo de Son Sant Joan durante más de dos horas. Este encuentro se explica por la necesidad de buscar una salida ante el elevado riesgo de que se registren más conflictos durante las próximas semanas, según se admite.

La propuesta que la patronal de microbuses ha puesto sobre la mesa es la de renunciar a la captación de clientes junto a la salida de la terminal aeroportuaria a cambio de que se les facilite un mostrador en las proximidades para convertirla en oficina en la que se puedan contratar sus servicios. Del mismo modo, y aunque estos microbuses pueden trasladar de una a 18 personas, este sector está dispuesto a renunciar a trasladar a grupos de menos de cinco pasajeros, dejando los de uno a cuatro para los taxistas (dado que es su límite por vehículo). Juan Gorreta afirma que está dispuesto a negociar incluso el régimen sancionador para las empresas de su sector que incumplan estas medidas.

El presidente de Taxis-Pimem confirma que la citada reunión se va a celebrar el próximo viernes, y no oculta que la propuesta que se le presenta puede ser negociada. Al respecto, Biel Moragues recuerda que las citadas empresas de buses de 18 plazas están legalmente constituidas y disponen de las licencias pertinentes, por lo que tienen derecho a trabajar en el aeropuerto, siempre y cuando no realicen una captación ilegal. Por ello, coincide en que el pacto que se tiene que buscar debe ir dirigido a fijar un espacio donde estas empresas de transporte discrecional puedan ser contratadas legalmente.

Problema balear

El presidente de la asociación de empresas de microbuses señala que el problema que se vive en el aeropuerto de Palma entre su colectivo y el de los taxistas no se da en las instalaciones de otras grandes ciudades españolas, como Madrid, Barcelona o Sevilla. El conflicto se debe, en su opinión, a que el Govern decidió incorporar en la legislación autonómica la prohibición de que estos vehículos puedan ser contratados fuera de oficinas y exige que se haga con antelación. Este punto, añade Gorreta, se incluyó como cesión a los taxistas cuando se crearon las líneas de autobús que enlazan el aeropuerto con las principales zonas turísticas.

Este representante empresarial defiende la labor que las empresas de su sector están realizando para trasladar a visitantes desde el aeropuerto hasta sus hoteles y evitar que Son Sant Joan se colapse durante los meses de verano al no ser suficiente el número de taxis disponibles, a lo que se suma la escasez de estos últimos en la ciudad. En este sentido, afirma que la flota de microbuses puede llagar a mover entre 2.000 y 3.000 personas diarias desde las citadas instalaciones.

Tanto Gorreta como Moragues coinciden en la necesidad de que en este posible pacto participe también el aeropuerto (AENA), el Govern y el ayuntamiento palmesano para garantizar que se va a hacer efectivo. El primero se muestra convencido que de conseguirse el citado pacto, será aceptado por la totalidad de las empresas de su sector y por el «99% de los taxistas».

Rechazo general

Un aspecto en el que coinciden las organizaciones empresariales de ambos colectivos es en condenar los incidentes que se registraron el pasado lunes en el aeropuerto, tanto por lo que respecta a la paralización del servicio del taxi durante más de dos horas como en relación al manotazo lanzado por un conductor de microbús contra un taxista que le estaba grabando con el móvil.

Biel Moragues condena la captación ilegal que realizan los conductores de los vehículos que su sector califica como «piratas», pero no oculta su rechazo ante cualquier protesta por parte de los taxistas que suponga la paralización del servicio en el aeropuerto y que no haya estado convocada legalmente, al considerar que es contraproducente por el daño que ocasiona a la imagen de su sector y también a la del conjunto de la isla.

Por ello, apunta que en situaciones así lo que se debe hacer por parte de la Policía Local es identificar a los autores del bloqueo de Son Sant Joan y sancionarlos, al tiempo que afirma que el lunes eran muchos los taxistas que quisieron trabajar con normalidad y no pudieron.

El secretario de la asociación de taxistas de la federación balear de transportistas (CAEB), Florián Talaya, también se declara contrario a ese tipo de protestas, aunque reconoce que se explican por la indignación de los taxistas ante la actividad irregular de algunos microbuses.

Por su parte, Juan Gorreta subraya que ha pedido al conductor de su sector que lanzó un golpe al taxista que se disculpe públicamente.

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