El Govern ha declarado en estado de abandono 50 pateras y 24 motores localizadas, la mayoría de ellas, en las inmediaciones del archipiélago de Cabrera cuando fueron interceptadas por la Guardia Civil con migrantes ilegales a bordo. Algunas de ellas también eran procedentes de la Colònia de Sant Jordi y de Porto Colom. Es el paso previo a poderlas subastar o bien destruirlas para convertirlas en un residuo.
Ports de les Illes Balears es el organismo dependiente de la conselleria de Movilidad del Govern que ha iniciado el procedimiento para poderlas subastar, ya que estaban almacenadas en sus puertos antes de ser trasladadas al almacén de Son Tous. La declaración de abandono se debe realizar toda vez que las embarcaciones no disponen de matrícula identificable y se desconocen sus titulares o consignatarios.
Los interesados en adquirir una de estas embarcaciones podrán acudir a la subasta que organizará en los próximos meses Ports de les Illes Balears para deshacerse de las pateras. Se trata de naves de entre 5 y seis metros, dos de ellas neumáticas y otras dos lanchas con motor intraborda.
Lo que sí puede tener más utilidad son los 24 motores fueraborda localizados junto a las pateras. Once de ellos son modelo Yamaha Enduro 40 hp, uno es un motor Yamaha Enduro 25 hp, cuatro son marca Tohatsu hp, uno es un Yamaha de 150 caballos sin tapa ni hélice de dos tiempos. También hay un motor marca Suzuki de 40 caballos, otro marca Everunde, y el último un Yamaha 60 caballos, entre otros.
Las pateras, especialmente en el Parque Nacional de Cabrera, se habían convertido en un serio problema para uno de los espacios naturales más protegidos del Mediterráneo. Por ello, hace poco más de un año que el conseller de Medio Ambiente, Miquel Mir, envió una carta al ministerio del Interior pidiendo una solución a la acumulación de las pateras en Cabrera. La misiva de Mir estaba dirigida al ministro Fernando Grande-Marlaska.
Para poder solucionar esta problemática, ya que Medio Ambiente recordaba que se trataba de un residuo peligroso acumulado en un parque nacional, Interior ordenó a la Guardia Civil remolcar las pateras de Cabrera a los puertos más próximos y se depositaron en el de la Colònia de Sant Jordi y el de Portocolom. Una vez allí ya se trasladaron por carretera hasta las instalaciones del cuartel de Son Tous en Palma, donde se habilitó un almacén para este cometido. El temor de Medio Ambiente eran los vertidos de los motores, con gran cantidad de combustible y aceite, a orillas de la zona protegida del archipiélago de Cabrera.
Al haber sido abandonadas en los puertos del Govern, es la administración la que debe realizar los procedimientos, primero de declarar su estado y acto seguido proceder a la subasta pública. Ya se han subastado pateras en otras ocasiones. Si bien no han tenido mucho éxito por el mal estado de la mayoría de ellas.
