El mensaje del pediatra Edelmiro Vergés, miembro del comité asesor de vacunas de esta comunidad, es tan claro como demoledor: «Las consecuencias de no ir a vacunarse son muy graves ya que nos colocan en un riesgo muy alto de una reaparición de una patología ya erradicada. Pero la población no se dará cuenta de ello hasta que se les muera un familiar. Pero esto es muy duro y hay que intentar evitarlo con la prevención».
«La gente se toma el lujo de ponerse a pensar en los posibles efectos secundarios de las vacunas cuando la enfermedad ha dejado de ser visible. Y no entra a valorar que precisamente ha dejado de estar entre nosotros por los efectos de la vacunación. Te relajas porque dejas de ver los casos pero sin pensar que los dejas de ver por las vacunas», continúa este pediatra intentando explicar los motivos de este descenso en las coberturas vacunales en un momento en el que se celebra la Semana Mundial de la Inmunización.
Buen ejemplo de sus afirmaciones anteriores se encuentra en el rebrote del sarampión que se está dando en países tan cercanos como Francia e Italia.
Diecienueve contagios
«El índice de reproductividad (el número de contagios posteriores que puede llegar a provocar una sola persona infectada) del sarampión es altísimo, cada persona afectada puede llegar a contagiar a 19 más. Es la enfermedad más contagiosa que se conoce. Para que te hagas una idea, la covid-19 tenía un índice de reproductividad de 2,5-3. Imagínate lo rápido que puede llegar a extenderse un brote de esta enfermedad», alerta el pediatra recordando que en el país transalpino han llegado a establecer la vacunación obligatoria para intentar frenar su expansión.
Medida con la que admite que no está de acuerdo porque, razona, «generalmente toda obligación genera un efecto contrario» que podría rebajar las tasas de vacunación. «Cuanto más obligas, más recelo generas», reitera.
«Volverán a haber muertos por el sarampión cuando es una enfermedad hoy desaparecida», anticipa Vergés temiendo asimismo que incluso un rebrote de la misma podría pasar desapercibida ya que «hoy en día los residentes de Pediatría (médicos formándose en esa especialidad) no han visto un sarampión en su vida».
No obstante, para no generar alarma, este experto matiza que la clínica con la que cursa esta enfermedad es muy específica -a saber, exantemas (erupciones en la piel) muy característicos, fiebre alta, conjuntivitis, lesiones en la boca, enumera- y que cualquier caso sería rápidamente detectado y más aún cuando se está vigilante precisamente por el rebrote de la enfermedad que se está dando en países del entorno de estas islas.
Otra enfermedad que podría rebrotar por la bajada de las coberturas vacunales es la tos ferina (infección de las vías respiratorias altas provocada por una bacteria), una patología que Vergés recuerda que llegó a matar a lactantes antes de que se decidiera vacunar a las madres embarazadas para evitarlo.
O la polio, de la que revela que el virus que la provoca está completamente erradicado en su estado salvaje en todo el mundo excepto en Bangladesh y Pakistán. «Los casos que se están dando son los provocados al excretarse el virus que contienen las vacunas a través de las heces y llegando a las aguas residuales», explica revelando que esos virus atenuados vacunales pueden llegar a provocar la enfermedad en personas con las defensas muy bajas.
«Además, la polio, por lo general, solo genera problemas de gravedad (la temida parálisis) en el 1,5% de la población. En el resto se pasa como un simple catarro», añade Vergés tranquilizando a la ciudadanía al informar de que en Balears se lleva un tiempo vacunando contra la polio inyectando el fármaco y evitando así que el virus pueda llegar hasta las heces y ponga en riesgo a la población más frágil como sí ocurre con la vacuna en su dosificación oral.
Preguntado ya por último si achaca estos descensos vacunales al hartazgo de la población tras las múltiples campañas de inmunización llevadas a cabo durante esta interminable pandemia de covid, el experto admite que podría estar detrás.
Vacunación gripal catastrófica
«En el primer año postcovid, cuando se alertó a la población del riesgo que podía entrañar un contagio combinado de gripe y covid, la campaña de vacunación contra el virus estacional cosechó el mejor resultado de su historia en Balears. No me hagas mucho caso con las cifras pero creó que se vacunó el 62% de la población vulnerable. Esta última campaña (de la vacunación contra la gripe), sin embargo, ha sido catastrófica. Creo que apenas ha llegado al 40% pese a que se rebajó la edad de la población vulnerable de los 65 a los 60 años», concluye Vergés aportando datos y recordando que la OMS considera una cobertura vacunal óptima cuando quedan protegidos el 75% de los colectivos más frágiles.
