Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La empresa que gestiona el TIB despidió a cuatro trabajadores tras una huelga

Varias sentencias reprochan que se vulneraba el derecho a la libertad sindical por una protesta laboral en la estación intermodal de Palma

Los trabajadores del TIB ejercieron su derecho a la huelga. María Pedraz

La empresa de transportes Moventis, concesionaria de las rutas de autobús del TIB por las diferentes localidades de Calvià, despidió a los cuatro trabajadores más díscolos que en el mes de agosto del año 2021 encabezaron la huelga que inició una parte de la plantilla, para denunciar las condiciones laborales que sufrían. Fue una huelga autorizada, de cuatro días distintos, que ocasionó algunos incidentes leves en la estación intermodal de Palma, que provocaron mínimos retrasos en la salida de los autobuses públicos. La empresa despidió a cuatro empleados, todos ellos integrantes del comité de trabajadores, y sancionó a otros seis huelguistas con suspensiones de empleo y sueldo. La decisión de esta empresa, que renovó hace relativamente poco tiempo el contrato suscrito con el Govern balear, ha sido rectificada por varias sentencias judiciales, que dan la razón a los trabajadores despedidos. Los jueces coinciden en que no se respetó ni el derecho de huelga, ni el de la libertad sindical. Esta vulneración supone que el despido haya sido declarado nulo. Las sentencias obligan a la inmediata readmisión de estos empleados, en las mismas condiciones que tenían antes de adoptarse esta medida disciplinaria.

La plantilla de trabajadores de Moventis convocó en el mes de agosto del año 2021 una huelga, para denunciar las deficientes condiciones laborales que sufrían y la negativa de la empresa a mantener una negociación para mejorar la situación.

Debido a que se trataba de rutas que afectaban al transporte regular, el Govern impuso unos servicios mínimos. Los trabajadores en huelga se concentraron en la estación intermodal, en la zona donde salen los autobuses. Hubo algunos enfrentamientos entre los trabajadores que protestaban y los que no secundaban la huelga. Hubo alguno de los que protestaban que se colocó detrás del autobús para que no arrancara. Con este intento lo único que se consiguió fue retrasar la salida unos pocos minutos y los usuarios pudieron llegar a su destino con total normalidad.

La empresa llegó a contratar los servicios de un detective privado para que tomara imágenes de los empleados más díscolos que eran los que encabezaban la protesta laboral.

Pocos días después de la última jornada de huelga la empresa comunicó la sanción a nueve trabajadores. A cuatro de ellos los despidió y al resto les impuso una sanción de empleo y sueldo, sin que se llegara a explicar los motivos de este doble rasero. La empresa alegó que esta medida disciplinaria se adoptaba como consecuencia de que estos trabajadores habían integrado un grupo de piquetes, durante los cuatro días de protesta, lo que obstruyó la marcha de los autobuses e impidió que los usuarios pudieran acceder a los vehículos. Además, acusó a los trabajadores en huelga de coartar el ejercicio del derecho al trabajo a los empleados que no secundaban la huelga. La empresa alegó que las sanciones se impusieron en función de la participación de cada uno de los empleados en los piquetes y no por represalia. Los jueces no creen que los incidentes fueran tan graves, sino que la empresa adoptó estas decisiones como represalia contra los cabecillas de la huelga.

La fiscalía apoyó el despido de los huelguistas

La empresa de transportes contó en la demanda con un aliado, que teóricamente debería mantener una posición neutral ante un conflicto laboral con la plantilla de trabajadores. La fiscalía ha apoyado desde el primer momento la decisión disciplinaria aplicada por la empresa por el hecho de que los trabajadores en huelga, en pleno desarrollo de sus trabajadores, organizaran un piquete para informar del conflicto laboral que les había obligado a esta movilización.

Compartir el artículo

stats