Endesa tramitó 1.208 expedientes por fraude eléctrico en Balears durante del año pasado, de los que una docena estuvieron vinculados a plantaciones de marihuana, indicó la compañía este martes.

La cifra de expedientes en Balears, que supusieron un fraude de 10.630 MWh (480 MWh por cultivos de marihuana), representa el 2,18 % del total de los 55.167 que se tramitaron en España en 2022, a una media de 150 diarios.

Las estimaciones que maneja Endesa indican que el consumo anual de electricidad de forma ilegal en España, para alimentar plantaciones de marihuana asciende a 2.200 GWh, el equivalente al consumo de la ciudad de Sevilla en un año.

«Estas cifras evidencian la dimensión de una práctica ilegal que pone en riesgo la seguridad de los ciudadanos, provoca el deterioro de la calidad de suministro de los vecinos y encarece la factura de todos los consumidores. Endesa es consciente de la magnitud del problema y reitera su disposición para colaborar con administraciones, instituciones y fuerzas de seguridad para buscar soluciones», apuntó José Manuel Revuelta, director general de Infraestructura y Redes de Endesa.

El fraude eléctrico genera importantes perjuicios en los entornos en los que se produce. Provoca cortes de luz en zonas con alta saturación de casos, incendios y descargas que pueden afectar a lo que manipula la instalación eléctrica con consecuencias muy graves que pueden derivar incluso en la muerte.

Los datos del Anuario Estadístico del Ministerio del Interior revelan que en 2021 se decomisaron en España más de 3,3 millones de plantas de cannabis, un 96 % más que el año anterior y un 240 % más que en 2018 , de las que una parte importante correspondieron a plantaciones de interior.

Durante el pasado año Endesa desmanteló en todo el territorio, en colaboración con las Fuerzas de Seguridad, en torno a 1.800 fraudes para alimentar plantaciones de marihuana ilegales lo que supone una media de cinco cada día. El número de fraudes vinculados a plantaciones supuso el 3,2% sobre el total gestionado el pasado año, pero concentraron el 28 % de la energía defraudada, con un incremento interanual del 7,8 %, lo que evidencia el alto consumo de estas instalaciones y la distorsión que generan en la red de distribución eléctrica.