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Sociedad

Una madre mallorquina por gestación subrogada: «Los socialistas quieren un feminismo a la carta, no libre»

Antònia Genovart solo tiene buenas palabras para el nacimiento de sus dos hijas en Ucrania

Antònia Genovart, primera por la derecha, junto a la mujer que gestó a sus gemelas, en el medio. Diario de Mallorca

 Antònia Genovart y su pareja, Jaume Femenias, son padres de unas gemelas gestadas en el útero de Svitlana Kransniaska, una mujer ucraniana para la que solo tiene buenas palabras. Las mismas que para todo el proceso de gestación subrogada realizado en ese país hoy asolado por la guerra que culminó con el nacimiento de sus hijas con las que reside hoy en la localidad mallorquina de Sant Llorenç des Cardassar.

«La experiencia no fue positiva, fue lo siguiente», comienza Antònia recordando que «fue una gestión muy transparente, muy bien llevada, muy legal todo». Por eso le sorprende mucho el revuelo que se ha montado al conocerse que la popular actriz y productora televisiva Ana García Obregón ha sido madre mediante gestación subrogada a los 68 años de edad.

«No les interesa a los socialistas (regular este tipo de gestación en este país), por eso tienen una opinión tan negativa y hacen campaña en contra, porque quieren un feminismo a la carta, conforme a sus intereses, y no libre», arremete la mallorquina.

Genovart explica que pasó diez años en lista de espera en el Institut Mallorquí de Afers Socials (IMAS) para adoptar un niño y que ya se estaba haciendo mayor para cumplir con su deseo de ser madre cuando decidió dar el paso para intentarlo a través de un vientre de alquiler en Ucrania.

Gestionó todo el proceso a través de una agencia de Barcelona pero los gestores, los abogados y los médicos eran todos de nacionalidad ucraniana, subraya.

La madre de alquiler, Svitlana Kransniaska, no aportó ningún material genético, algo totalmente prohibido en la legislación para este tipo de gestaciones que rige en el país del este de Europa, sostiene la mallorquina. «Le transferimos el embrión, pero los óvulos y los espermatozoides eran nuestros porque la madre de alquiler no puede tener ningún tipo de vínculo con el bebé», subraya.

Las dos niñas, porque finalmente Svitlana alumbró dos gemelas, nacieron en el año 2015.

Para contrarrestar las voces que critican este tipo de gestación argumentando que las mujeres que se prestan a ello solo lo hacen por una perentoria necesidad económica, Antònia Genovart subraya que su gestante ucraniana tenía en el momento de someterse a este proceso «un nivel económico como el nuestro o incluso mejor, su hijo iba a clase de tenis». Una situación económica que lógicamente se ha visto perjudicada por la guerra en este país.

Que existe una excelente relación entre la madre gestante ucraniana y la pareja mallorquina lo demuestra el hecho de que, tras el nacimiento de las gemelas, viniera asiduamente a visitarles cada verano hasta que las visitas tuvieron que interrumpirse por las restricciones que impuso la pandemia de covid-19. 

Después llegó el conflicto bélico y Antònia no lo dudó: «Le dije a Svitlana que tenía que salir de allí con los suyos». Junto a su hermana y una hija y un sobrino, la madre de alquiler encontró un refugio frente al horror en la tranquila localidad mallorquina de Sant Llorenç.

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