La justicia de Balears está de luto tras conocerse ayer la muerte de la magistrada María Covadonga Solá Ruiz, que ha fallecido a los 57 años de edad, víctima de una larga y dolorosa enfermedad. La magistrada formaba parte de la Sala Quinta de la Audiencia de Palma, especializada sobre todo en temas mercantiles. A su muerte deja dos hijos.

María Covadonga nació en Madrid, donde se licenció en derecho y preparó las oposiciones a judicatura. En el año 1998 decidió pedir plaza en Mallorca. Se hizo cargo del juzgado de primera instancia número 10 de Palma, donde aún se recuerda la calidad técnica de sus sentencias. Nueve años después, con la suficiente experiencia, decidió pedir el traslado a la Audiencia de Palma, donde pudo profundizar sobre los litigios mercantiles. Como magistrada resolvió centenares de demandas presentadas contra las entidades bancarias, saliendo siempre en defensa de los consumidores. Quien tuvo la oportunidad de conocerla destaca su solidez profesional, pero por encima de toda su calidad humana. Con un carácter reservado, siempre huyó del protagonismo, aunque algunas de las decisiones que adoptó como profesional de la judicatura tuvieron mucha trascendentes. De hecho, son muchos los tribunales de otras provincias los que citan con frecuencia algunas de las resoluciones que dictó Solá Ruiz, sobre todo por el tema de las cláusulas bancarias.

La Sala de Gobierno del TSJB quiso dejar constancia del dolor que ha supuesto esta muerte y un reconocimiento a esta magistrada como «excelente profesional y compañera».