La Consulta Jove, una iniciativa puesta en marcha en el curso 2004/2005 con el objetivo principal de acercar los centros de salud a los educativos con el fin de solucionar los principales problemas o dudas de cualquier tipo de unos adolescentes que a esas edades no suelen frecuentarlos, ha detectado un aumento de las problemáticas relacionadas con la afectividad o el bienestar emocional en el primer ejercicio en el que se están recuperando de los devastadores efectos de la pandemia de covid-19.
Clara Vidal es la enfermera del Gabinete Técnico de Atención Primaria que coordina las visitas regulares de sanitarios de los centros de salud a los institutos de su área asistencial con el fin de resolver los problemas o dudas de sus alumnos o, en caso de no poder hacerlo, derivarles a su médico de cabecera o recurso más adecuado.
Admite Vidal que se están recuperando poco a poco de la covid-19, que si antes de la pandemia los 46 centros de salud de Mallorca cursaban visitas a 37 institutos o escuelas de Mallorca, el curso pasado ya se atendieron las demandas de los adolescentes de 28 centros escolares. «Con la pandemia se paró el programa, bastantes centros dejaron de hacerlo y ahora nos estamos recuperando poco a poco», corrobora. El año pasado realizaron 486 consultas en las que participaron 927 alumnos.
«Atendemos los problemas y dudas de alumnos de la ESO y Bachillerato, desde los 11 a los 18 años», acota. «Les visitamos una vez por semana y el centro educativo nos facilita un aula o un despacho para llevar a cabo las consultas con mayor intimidad. Se realizan en el horario de patio y pueden ser individuales o grupales y no se precisa cita previa aunque algunos centros por temas de organización si lo establecen así», continúa.
Ansiedad, acoso escolar
Si antes de la pandemia los problemas o temáticas de las consultas más habituales eran los problemas relacionados con la sexualidad o la salud afectivo sexual, ahora han sido desplazados en parte por los de índole afectiva o relacionados con el bienestar emocional.
«Hablamos de ansiedad, acoso escolar o relaciones con sus compañeros, autoestima, convivencia familiar, autolesiones…» apunta la coordinadora de la Consulta Jove.
«Las consultas están pensadas para ayudar a resolver los problemas que nos plantean aunque si hay indicios de que detrás hay un problema de salud grave como puede ser por ejemplo un caso de anorexia, se deriva al adolescente a su médico de cabecera o al recurso asistencial más adecuado», subraya.
No obstante, la idea es facilitarles herramientas a los alumnos para que puedan solventar sus problemas: «Trabajamos un poco sobre las causas. Les enseñamos a controlar la ansiedad, a relativizar las cosas, a apoyarse en su grupo de amistades o familia… en definitiva a reforzar todo lo positivo para combatir su problema. Lo mismo que se hace en cualquier consulta de salud mental», sostiene.
La idea también es trabajar de forma coordinada con las escuelas e institutos el bienestar emocional de sus alumnos, que los centros de salud participen en la planificación de sus homólogos educativos.
«Sí se detectan problemas graves antes de que lleguen a los centros de salud», responde categóricamente la enfermera Vidal recordando que los adolescentes solo suelen acudir a ellos (a los centros de salud) por un asunto grave, que no es un segmento poblacional que suela enfermar. «Por eso se hacen estas consultas en sus institutos, para que se sientan más cómodos, en su ambiente», justifica.
Más chicas que chicos
Aunque la pandemia ha provocado un aumento de los problemas de índole emocional, los relacionados con la salud afectiva sexual (correcto uso de preservativos, relaciones sexuales o identidad de género…) o los trastornos de salud relacionados con la sexualidad como pueden ser los dolores de la regla, las enfermedades de transmisión sexual o el riesgo de un embarazo indeseado siguen siendo los principales motivos para solicitar una Consulta Jove.
También, aunque en menor medida, se realizan consultas por problemas con la alimentación, por el consumo de drogas, por los trastornos del sueño, por problemas relacionados con la piel o las mucosas…
Sobre el perfil de los adolescentes que usan este recurso, la pandemia no ha cambiado las cosas. «Consultan más la chicas que los chicos, quizá porque tienen más facilidad para hablar, para expresarse (coparon el 62% de las consultas del pasado curso). Y, normalmente, las consultas son más grupales que individuales. En estas últimas sin embargo se abordan asuntos más graves, problemas que los afectados no quieren compartir con sus compañeros pese a que a las grupales acuden con sus amigos/as de más confianza», revela la enfermera Vidal.
Esta tendencia general se trastocó en parte en el último curso donde las consultas individuales supusieron el 55% del total.
Enfermeras y matronas
Ya por último, respecto a los profesionales de los centros de salud que acuden a los institutos a atender estos asuntos, la coordinadora del programa revela que básicamente son enfermeras aunque también participan las comadronas para tratar los problemas de índole sexual y pediatras. «El 70% de los sanitarios son enfermeras o matronas», sintetiza.
Ya ha llovido desde que en el curso 2004/2005 se iniciaran estas Consultas Jove con los sanitarios de tres centros de Salud, el de Son Gotleu, Trencadors y Santanyí, acudiendo al Sureda i Blanes, al IES s’Arenal y al IES Santanyí, respectivamente, para solventar los problemas de unos usuarios a los que pese a pertenecer a su área asistencial no ven ni en pintura.
«Los sanitarios de Son Gotleu ni los de Trencadors no han dejado ni un año sin ir a los institutos», se congratula su coordinadora confiando en recuperar en breve su operatividad plena anterior a la crisis sanitaria.
