Nicole Kidman se despidió de Mallorca en febrero haciendo planes para volver a la isla tras el rodaje de la serie Lioness. La estrella de Hollywood aterrizó a bordo de un jet privado. Richard Branson abrirá su lujoso hotel Son Bunyola en junio. Es fácil imaginarse cómo llegará a su inauguración, igual que Cristiano Ronaldo cuando regrese al archipiélago este verano. Hace un tiempo Ana Obregón hasta abrió a la prensa del corazón su jet para mostrar la comodidad de sus viajes a Mallorca. Elton John ha utilizado recientemente la exclusiva terminal de aviación ejecutiva del aeropuerto de Palma para repostar... El verano todavía no está aquí.

No es de extrañar que se haya puesto en marcha Prou Jets Privats, una campaña local contra las emisiones de los megarricos que «están destruyendo el mundo». Surge a la par de un movimiento internacional que se va extendiendo. Se enmarca dentro de la internacional Make Them Pay, en la que se unen la sociedad civil y el mundo científico para reclamar que se prohíban, que pague quien contamine y se impongan tasas a los viajeros frecuentes.

Charlas en Palma y Sineu

«Contra las emisiones contaminantes de lujo, Mallorca e Ibiza son un altavoz muy fuerte por la repercusión internacional que tienen» estas cunas del turismo de lujo, explica Fernando González, y por «la invasión» de millonarios. Por otro lado, el miembro de Rebelión Científica subraya la necesidad de proteger unas islas «especialmente vulnerables» y aprovechar que son «una comunidad referente en la lucha» ambiental, «como se ha visto con Pau Vílchez en la Asamblea por el Clima. González se ha desplazado esta semana a la isla para participar en los encuentros que se han celebrado en Palma y en Sineu.

Junto con Rebelión Científica participan en Prou Jets Privats Extinction Rebellion, Fridays for Future Mallorca, Amics de la Terra, Greenpeace y el GOB.

"Tiene que haber un cambio cultural ante esas emisiones contaminantes de lujo"

La campaña empezó con una protesta en la terminal de vuelos privados de Ibiza, en noviembre. «Tuvo bastante repercusión». Siguió a mediados de febrero en el aeropuerto de Palma y luego se aprovechó sa Rua para hacerse ver.

«Tiene que haber un cambio cultural ante esas emisiones contaminantes de lujo que protagonizan megarricos», dice Montserrat Ciprés, mallorquina de Extinction Rebellion.

Ante la crisis climática apunta González «lo desmoralizante» que es también ver en los puertos megayates . Ese será el próximo objetivo.