«Estoy jubilada y tengo tiempo y mucha paciencia», dice Àngels Estévez. «Justamente esta mañana he puesto una denuncia contra Vueling». La mallorquina ayer hizo una reclamación en el ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, a través de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (Aesa).

Se encontró con que al comprar un vuelo cuando elegía aplicar el descuento de residente, literalmente en lugar de restar al precio final, le sumaba el porcentaje. Un claro error técnico, en este caso. Pero acumula otras reclamaciones con la aerolínea y no se rinde.

«Cada mañana marco el número de Vueling y no me responden. Es una vergüenza, te dicen que tienen atención personalizada de 9 a 22 horas y solo es un robot».

Àngels es una jubilada que se maneja muy bien frente a una pantalla. «Trabajé toda la vida con ordenadores». Ayer cuando marcó el número de teléfono de Aesa, le respondieron a la primera «y de forma muy amable.»

«Viajo con Vueling porque me convienen sus destinos y no quiero hacerlo con Ryanair, pero juegan con la gente, que se desespera y tira la toalla por 5 o 10 euros. Yo no», afirma.