«Sentimos dolor desde las uñas de los pies hasta los pelos de la cabeza». «Antes realizaba hasta dos horas de deporte cada día, ahora apenas me puedo mover. Mi vida anterior ha desaparecido». «Superamos la infección pero seguimos con síntomas, entre ellos fatiga crónica, dificultad para respirar o problemas neurofísicos». «Estamos enfermos y nos faltan fuerzas para hacer las cosas, pero sentimos que no nos creen». 

Estos son testimonios efectuados por Dolores Carmany, Cristina Seguí, Antoni Portells y Maribel Sureda, respectivamente. Todos ellos junto a Nicolau Payeras y otras nueve personas con síntomas que no desaparecen tras haber superado una infección por SARS-CoV-2, se han conjurado para intentar montar una asociación de afectados por este conjunto de patologías que han sido englobadas dentro de lo que ya se conoce como covid persistente pese a que no está aún reconocida como enfermedad.

Este último, tras revelar que pasó 75 días en la UCI, detalló que el colectivo de personas afectadas por la covid persistente en Baleares se han marcado inicialmente seis objetivos.

El primero de ellos, apoyar a las personas que, como ellos, sufren estas secuelas muchas veces incomprendidas por los sanitarios; también instan a realizar una nueva investigación sobre el SARS-CoV-2 cuando se está a punto de cumplir los tres años del confinamiento de la población por la pandemia; en tercer lugar se han planteado trabajar en red para realizar un seguimiento tanto individual como colectivo de las personas afectadas por esta sintomatología; como cuarto objetivo se han marcado conseguir el reconocimiento sanitario de esta enfermedad así como crear un registro real de las personas afectadas por ella en esta comunidad. Y, por último, solicitar ayudas para superar los efectos de las incapacidades que están asociadas a ella a los diferentes estamentos oficiales, enumeraron.

Aunque la cifra de afectados por la covid persistente en Baleares es una incógnita, los impulsores de esta iniciativa señalaron que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que estas secuelas las padecen hasta un 9% de las personas que han pasado la infección por el nuevo virus SARS.

Incluso extrapolando este porcentaje a los datos de afectados por la enfermedad pandémica en las islas no tendríamos una cifra fiable habida cuenta de que al final de esta crisis sanitaria solo se comunicaban los positivos de las personas encuadradas en los colectivos de riesgo. Así, hoy en día resultaría imposible saber con certeza matemática cuántos ciudadanos de este archipiélago han estado infectados.

Las cinco personas afectadas por la covid persistente que ayer manifestaron su intención de crear una asociación que vele por sus intereses revelaron que se infectaron en diferentes oleadas de la pandemia y, por tanto, por diferentes mutaciones del virus. 

Entre los síntomas comunes que sufren todos ellos en su día a día señalaron la fatiga crónica, los problemas respiratorios y los cognitivos, de memoria. La propia Maribel Sureda demostró este último déficit al no hallar la palabra con la que quería explicarse.

Unos síntomas que, además, no mejoran, como dejaron claro todos ellos. «Ya no nos sentimos solos porque ha quedado demostrado que lo que nos pasa existe. Ahora queremos trabajar para mejorar nuestro bienestar diario», subrayó la propia Sureda aludiendo a la incomprensión que todavía sufren por parte de algunos médicos.

«Usted tiene muchos síntomas»

«¡Es que usted tiene muchos síntomas!, me reprochó un día un médico a lo que le contesté: Ya, ¡peor estoy yo que los tengo!», reveló esta afectada por la covid persistente.

«Las pruebas estándar que te practican salen normal, por lo que a continuación piensan que te lo estás inventando, el paso siguiente es derivarte al psiquiatra y el siguiente recetarte antidepresivos», corroboró la incomprensión que padecen Cristina Seguí.

«Echamos en falta un director de orquesta, porque estamos todo el rato pasando de un especialista a otro», reclamó para concluir Sureda.