El Govern ha aprobado este lunes un decreto ley para agilizar las ayudas a  las explotaciones agrícolas, ganaderas y forestales afectadas por la borrasca ‘Juliette’, una medida que ya ha entrado en vigor y que contempla la habilitación de un «crédito ampliable» dotado de forma inicial con 4,4 millones de euros que «se irán pagando» a medida que los afectados vayan justificando los daños, según ha explicado la presidenta Francina Armengol durante el transcurso de una visita a una explotación de patatas de sa Pobla junto a los consellers de Agricultura y Medio Ambiente, Mae de la Concha y Miquel Mir, respectivamente.

Estas ayudas, que serán convocadas por el Fogaiba después de haber elaborado un censo de afectados por los daños de ‘Juliette’, suponen «un paso más», según Armengol, y se sumarán a las cantidades que podría habilitar Madrid si finalmente declara Mallorca como zona catastrófica, una petición que el Consell de Govern ha realizado este lunes formalmente y que la presidenta se ha mostrado «convencida» de que será atendida por el ejecutivo central. 

A pesar de que no se produjeron daños personales, decenas de personas tuvieron que ser evacuadas y otros fueron abastecidos con comida y medicamentos, al estar aislados, y en muchos casos estuvieron sin luz ni telecomunicaciones, como en el caso de Lluc. El episodio dejó sin suministro eléctrico a más de 25.000 personas que permanecieron sin luz cerca de 48 horas en Mallorca.

El decreto ley incluye un régimen especial que reducirá los plazos administrativos para agilizar la gestión. Además, una disposición adicional hace extensiva esta simplificación administrativa al Consell de Mallorca y los ayuntamientos de la isla, que podrán establecer sus propias ayudas con menos trámites burocráticos.

La nueva medida habilita a la conselleria de Medio Ambiente para llevar a cabo la reparación de los importantes daños provocados por la borrasca en terrenos forestales, una tarea «fundamental» para evitar la propagación de plagas e incendios. «Han caído muchísimos árboles», ha lamentado Armengol.

Por su parte, el conseller Miquel Mir ha explicado que durante la borrasca «se mezclaron algunas variables que han condicionado la afectación final de este episodio: una gran cantidad de nieve, precipitaciones muy importantes y rachas de viento muy fuertes». Medio Ambiente todavía está trabajando sobre el terreno para valorar de forma precisa los daños provocados por la borrasca y que, según asegura Mir, afectó a unas 14.000 hectáreas ubicadas en su mayoría en la Serra de Tramuntana, pero también en otras zonas como Randa, Bonany o Sant Salvador. «Todavía queda mucho trabajo por hacer», ha añadido.

La consellera De la Concha ha asegurado que «todo el mundo tendrá ayudas» y que el crédito que se ha abierto «es provisional», por lo que podrá ampliarse si la demanda supera la cantidad habilitada. «Haremos lo posible para que la burocracia sea la menor posible», ha añadido la titular de Agricultura del Govern. 

En principio, la partida inicial habilitada por el ejecutivo contempla la cantidad de 1,6 millones de euros para paliar los daños en explotaciones de olivos, 1,2 millones para las patatas; y 1,3 millones destinados a la masa forestal, entre otras cifras menores destinadas a las explotaciones ovinas (260.000 euros) y a la reparación de daños en instalaciones (500.000 euros).

La patata, la algarroba y el olivo, los sectores más perjudicados

La borrasca ‘Juliette’ provocó daños muy importantes en toda la isla. Los sectores agrarios más perjudicados son los de la patata de sa Pobla y Muro, así como las explotaciones de olivos y algarrobas en todos los municipios de la isla. 

Respecto a las explotaciones ganaderas, el sector ovino ha sido el más afectado, principalmente en los municipios de Pollença, Escorca, Alaró y Selva. En este sentido, De la Concha ha explicado que muchos rebaños «quedaron hasta cuatro días aislados como consecuencia de la nieve en la Serra de Tramuntana». La consellera asegura que «al menos un 15% de las madres han muerto por la borrasca, así como el 10% de los corderos». 

Asimismo, los olivos de la Serra «han quedado muy afectados, y pueden tardar entre dos y cuatro años en volver a dar frutos».

Tanto Armengol como los consellers Mir y De la Concha han destacado que los fenómenos catastróficos serán cada vez «más virulentos y recurrentes» en Balears como consecuencia del cambio climático, según el conseller de Medio Ambiente, por lo que abogan por «adaptar todas las normativas» a esta nueva circunstancia. La consellera de Agricultura ha querido tranquilizar a los productores, que «tendrán el apoyo del Govern».