Decenas de familiares de algunas de las 68 personas que fallecieron el 5 de marzo de 1973 en la colisión de dos aviones españoles cuando volaban en las proximidades de la ciudad de Nantes conmemoraron ayer este siniestro en el pueblo francés que se convirtió en el escenario de la tragedia.

A la conmemoración acudieron 35 personas desde España, varias de ellas mallorquines familiares y amigos de las víctimas que iban a bordo del DC-9 de Iberia que despegó de Palma con destino a la capital británica. Todos los pasajeros y tripulantes fallecieron.

«Estoy muy agradecida» por la organización de los actos conmemorativos por el ayuntamiento de La Planche, destacó Elena Murano, hija de uno de los pasajeros que iba en este avión, y que como todos los ocupantes perdió la vida.

Los asistentes depositaron flores en homenaje a los fallecidos. EFE

En declaraciones a EFE, Murano —que se desplazó a esa localidad junto a su madre, viuda de Domingo Murano— contó que las conversaciones con habitantes que lo vivieron le ha permitido, como a muchos otros familiares, obtener respuesta a algunas preguntas que se hacían sobre cómo se desarrollaron los hechos. También se dio cuenta de que, como estaban en primera línea cuando ocurrieron, «la gente del pueblo lo tiene mucho más vivo que nosotros».

El acto se inició en la plaza del ayuntamiento de La Planche y continuó con una ceremonia en la iglesia. Siguió en el lugar donde hay una estela que recuerda la tragedia, en la carretera de La Robertière, donde se depositaron unas coronas de flores.

Ese fue «el momento más emotivo», reconoció Murano, que recordó que se eligió ese punto para levantar el monolito porque allí se juntaron los cuerpos de las víctimas que habían quedado esparcidos por unos campos de uso agrícola.