La feminización del trabajo a tiempo parcial y temporal sigue siendo hoy en día una realidad. Así lo describieron este viernes los sindicatos UGT y CCOO, que advirtieron de que la «doble precariedad» continúa afectando especialmente a las mujeres, a pesar de los avances que ha supuesto la reforma laboral. De hecho el porcentaje de contratación temporal y a tiempo parcial con respecto al número total de contratos firmados por mujeres fue en 2022, según CCOO, de un 15,13%, frente al 7,81% de los hombres. «Somos las más precarizadas dentro del ámbito laboral», sentenciaron desde UGT.
Estos datos fueron presentados este viernes en sendas ruedas de prensa que los sindicatos celebraron para presentar sus informes sobre la situación laboral de las mujeres en Balears en 2022, que han elaborado con motivo de la conmemoración del 8M.
El impacto positivo que la reforma laboral ha tenido sobre la inserción de las mujeres en el mercado queda patente en ambos estudios. Los datos que presentó CCOO de la mano de la secretaria de Políticas Públicas, Sociales y Salud, Eva Cerdeiriña; y la secretaria de Empleo y Política Sectorial, Yolanda Calvo, revelan que el principal empeño de la reforma, la reducción de la tasa de temporalidad y el incremento de la contratación estable «se ha cumplido con creces». De hecho la tasa de temporalidad pasó en 2022 a ser de un 36,12%, mientras que en 2021 fue de un 82,16%, una tendencia similar a la que se produjo en la tasa de parcialidad, que pasó a ser del 25,2%, sufriendo una caída de casi 16 puntos con respecto al año anterior.
UGT, por su parte, por voz de la vicesecretaria general del sindicato en las islas, Xisca Garí Perelló, destaca cómo la reforma laboral ha conseguido «romper el paradigma» de la contratación en el archipiélago, donde la contratación temporal ha dado paso a la indefinida. Resaltó, así, que en 2021 solo el 18% de los nuevos contratos eran indefinidos, mientras que en 2022 esa cifra se ha elevado hasta el 65%.
Sin embargo, Cerdeiriña y Calvo explicaron que existen «sombras», en indicadores como las brechas en la tasa de empleo, en la tasa de paro o en el volumen de mujeres «inactivas» por dedicarse al cuidado de menores o dependientes, es decir, «sesgos de género en el mercado de trabajo que persisten» y que tienen una repercusión en la diferencia salarial y en la persistencia de la brecha. Algo en lo coincidió Garí, quien destacó que «en la contratación indefinida hay más hombres que mujeres», algo que a tiempo completo sucede igual.
En definitiva, ambos sindicatos hicieron hincapié en que a pesar de los avances y que algunos indicadores han mejorado, «quedan todavía numerosos problemas que se deben abordar para conseguir una situación de igualdad entre hombres y mujeres en el ámbito laboral». Destacan, por ejemplo, el paro de larga duración, que afecta más a las mujeres, la continua brecha en las tasas de actividad, ocupación, paro, retribuciones y responsabilidades familiares. Todas ellas «brechas de género que han empeorado en Balears», apuntó Garí.
Medidas
¿Cómo poner fin a esta situación? Desde ambos sindicatos apuntaron el aumento salarial como una de las medidas, ya que, según desgranó Garí, «en un contexto internacional que provoca una escala de precios brutal, las más afectadas son las mujeres». Otra de las fórmulas que señalaron fue el aumento de servicios públicos de guarderías, residencias y centros de día para «frenar la brecha de género en la parcialidad», además de implantar la jornada laboral de 32 horas, «algo que ayudaría a la conciliación y a la corresponsabilidad», apuntó la representante de UGT. Además, para conseguir una «igualdad real» en los centros de trabajo, los sindicatos piden un refuerzo de los servicios de Inspección de Trabajo, para que se pueda controlar y sancionar el incumplimiento de los planes de igualdad, ya que, aseguran, si las empresas respetaran la normativa «la situación sería distinta».
Finalmente, como explicaron Cerdeiriña y Calvo, la apuesta va dirigida a la formación del personal docente para impulsar la coeducación y «acabar así con el androcentrismo en la orientación académica».
