Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Borrasca Juliette

Borrasca Juliette en Mallorca | El frío y el viento provocan graves daños en muchos cultivos de la isla

Algunos portales de patatas de sa Pobla estiman que la producción de este año podría caer «entre un 30 y un 40 por ciento» debido a la borrasca

Alcachoferas afectadas por Juliette en una explotación de Mallorca. Apaema

La nieve, la lluvia y el viento que ha traído consigo la borrasca Juliette desaparecerán en unos días, dejando el recuerdo de unas jornadas complicadas para muchas personas. Lo que no será tan fácil de olvidar son los efectos de la borrasca en la ‘foravila’ de Mallorca, que en algunos casos son catastróficos y se traducirán en una menor producción de cultivos.

Especialmente significativo es el caso de las patatas. Algunos productores de sa Pobla, como es el caso de la cooperativa Illacamp, aseguran que la borrasca Juliette podría reducir la cosecha de este año «entre un 30 y un 40 por ciento», según apunta su gerente, Joan Cantallops, que precisa que «se trata de una estimación» que todavía «puede variar» porque el mal tiempo «aún no ha terminado». Los agricultores ‘poblers’ miran con recelo la nieve de la Serra porque suele ser sinónimo de fuertes heladas nocturnas que mantienen a los productores en vilo. «Esta pasada noche ningún payés pudo dormir para regar los cultivos, lo que aumenta todavía más la humedad en las plantaciones», explica Cantallops. 

El frío intenso «paraliza» el crecimiento de las patatas, lo que causa un importante retraso en la cosecha. «Además, el viento ha dado una buena paliza a las plantas, que tardarán en recuperarse y porque no sirve de nada darles abono», añade el gerente de Illacamp. Otro problema añadido es que muchas plantas se rompen por la acción del viento, por lo que invierten sus energías en curarse las heridas y no en engordar los frutos. Cantallops asegura que esta situación «se produce de forma cíclica», pero añade que «hacía mucho tiempo que no veía tanto frío como estos días». 

Campos de patata anegados en sa Pobla. DM

Joan Mateu, gerente de Mateu Export, coincide en que los efectos de la borrasca implicarán un retraso en la campaña de exportación y una menor producción, aunque prefiere no valorar todavía las cifras del desastre a la espera de que termine el episodio climático. Mientras, aguantan el chaparrón. «Estamos padeciendo una continua agresión en forma de heladas, agua, viento e incluso granizo, lo hemos tenido todo», lamenta. No obstante, como factor «positivo» apunta que «las tierras han drenado bien» toda la lluvia que ha caído.

Mateu Export, que controla el 70 por ciento de la patata de exportación en el municipio, ha tenido que retrasar la campaña de este año como consecuencia de la borrasca. En principio, tenían que empezar el pasado lunes. «Ahora estamos esperando para poder entrar en las fincas e iniciar la campaña de exportación», explica. Todavía no sabe cuándo podrá arrancar. «Cuando hay un siniestro como este, hay que ‘deixar pixar es mul’, como decimos en mallorquín», sentencia.

Por su parte, Joan Company, gerente de la cooperativa s’Esplet, explica que todavía no han realizado un balance definitivo de los daños porque «sigue habiendo heladas y está previsto que sigan unos días más». Una cosa es segura: «Ha habido daños». Además, «el daño más importante todavía no ha llegado; seguimos muy preocupados porque los cultivos podrían quemarse», concluye.

Frutales y leguminosas

Las patatas no han sido el único cultivo afectado por Juliette. El presidente de la Associació de la Producció Agrària Ecològica de Mallorca (Apaema), Miquel Coll, explica que la borrasca se ha cebado con los árboles frutales, muchos de los cuales han perdido buena parte de las ramas, así como las leguminosas, que «están arrasadas y quemadas». «Todo lo que es horticultura ha sufrido múltiples afecciones». Muchas naranjas «están en el suelo». 

Las zonas de la isla con más daños están en el Llevant y el Nord, aunque también en las zonas más próximas a Palma. Todavía es pronto para cuantificar los daños, pero Coll estima que las pérdidas económicas «serán bastante importantes». De momento, la conselleria de Agricultura se ha puesto en contacto con los productores para que empiecen a hacer un balance de los daños de cara a la distribución de posibles ayudas. «A principios de la próxima semana podríamos tener una fotografía bastante ajustada de lo que ha pasado», concluye Coll.

Compartir el artículo

stats