Las empresas turísticas, y más concretamente las hoteleras, están adelantando el llamamiento de sus trabajadores para que se incorporen a sus puestos, debido tanto a que las reservas permiten avanzar la apertura de establecimientos como por un intento de evitar que sus asalariados se vayan a otras compañías, según destacan los secretarios generales de las federaciones de Servicios de UGT y CCOO, José García Relucio y Silvia Montejano respectivamente, al igual que algunos representantes del sector. Pero eso está agravando también los problemas para poder alojar a los que llegan desde otras zonas del país, con un aumento apreciable en la búsqueda de inmuebles para alquilar, según pone de relieve la vicepresidenta del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) de las islas, Natalia Bueno.
El primer aspecto subrayado desde los sindicatos es el citado avance en el llamamiento de muchos trabajadores fijos discontinuos, algo que se señala como positivo por cuanto es una señal de que se perfila otra temporada larga para este año, y supone para estos empleados más meses de salario y de cotizaciones en lugar de una contribución por desempleo.
Ambos coinciden en que las causas hay que buscarlas en una previsión empresarial positiva por lo que a volumen de reservas se refiere, pero también como un intento de disponer de una plantilla lo más completa posible al llegar a la Semana Santa para no sufrir problemas de escasez de personal cualificado, como sucedió en 2022, ante el riesgo que se haya empleados que opten por irse a la competencia si les garantizan más meses de trabajo.
Desde algunas grandes cadenas hoteleras se señala que en estos momentos las dificultades para encontrar empleados están siendo inferiores a la del pasado año, aunque se admite igualmente que hay puestos que se cuidan especialmente para no perder a las personas que los ocupan, como pueden ser los cocineros.
Más categoría, más plantilla
García Relucio apunta que el aumento de categoría que se ha dado durante los últimos años en la planta hotelera del archipiélago hace que se eleve no solo el número de personas que se necesitan para completar una plantilla, sino también su formación, lo que hace que su búsqueda resulte más compleja.
Pero con este contexto, el problema al que se enfrenta el sector es el de garantizar que se va a disponer de alojamiento para todas estas personas. Es ahí donde la representante de los API reconoce que la situación de Mallorca resulta cada vez más preocupante, tanto por la escasez de oferta como por los precios que hay en el mercado.
Según las estimaciones de UGT, entre un 20% y un 25% de los trabajadores del sector turístico de las islas no son residentes estables, por lo que precisan de una residencia para pasar los meses de la temporada alta. Este porcentaje es más bajo en las áreas de Palma y Calvià, y se eleva en las zonas norte y este de Mallorca.
Eso hace que los responsables sindicales y la representante de los agentes de la propiedad coincidan en vaticinar que el problema habitacional va a ser este año más grave que en los ejercicios anteriores.
Natalia Bueno pone un ejemplo de hace pocos días: un piso de sa Pobla de dos habitaciones y con un alquiler de 600 euros mensuales que ella ha gestionado provocó que recibiera en cuatro horas 54 llamadas telefónicas interesándose por él.
