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En contra

Juan Carlos Carbonell: «Las penas por delitos sexuales son más altas aquí que en otros países»

Juan Carlos Carbonell es catedrático de Derecho Penal en la Universitat de València y durante ocho años en Mallorca.

Juan Carlos Carbonell DM

Juan Carlos Carbonell (Valencia, 1955) es catedrático de Derecho Penal en la Universitat de València, el mismo puesto que desempeñó de 1987 a 1995 en la UIB balear. Crítico con la politización de la judicatura, también es miembro del Consell Jurídic Consultiu de la comunidad valenciana

Para que se haga cargo del tipo de entrevista: «¿Los jueces hacen política porque se aburren?»

Jajaja. Los jueces hacen política porque les gusta el poder. Siempre la han hecho, pero ahora se está notando mucho. En ausencia de democracia hay que soportarlo, en un régimen democrático no debería ocurrir.

¿En qué se distingue el Gobierno de los jueces del otro?

En que el Gobierno de los jueces no tiene legitimidad democrática.

¿Los jueces quieren protagonismo?

Lo quieren, pero yo no desvincularía afán de protagonismo y poder. Van en el mismo paquete.

¿El Derecho Penal da para arreglar un país?

No, no, no, es una falsa creencia propia del populismo punitivo, que ante la incapacidad de arreglar las cosas, intenta arreglar los votos. De ahí la fiebre por las penas cada vez más altas.

La inflación de penas es mayor que la de precios.

En la de los precios tienes al menos la esperanza de que haya una deflación y de que regresen a la normalidad, en la inflación de las penas hemos perdido toda esperanza. Se quiso cortar con el punitivismo mediante la ley del solo sí es sí, y el resultado es el que se está viendo, no somos capaces de soportar los efectos de una bajada de penas.

¿La ley del ‘solo sí es sí’ tiene agujeros o socavones?

Contiene errores técnicos, pero ya se había advertido que las penas por delitos sexuales son más altas en España que en otros países. Por eso había que ser cuidadoso con las subidas, pero es algo que no se le ha ocurrido solo a la ministra de Igualdad. Había que esmerarse las transitorias, evitar las libertades, y ahora la modificación no va a resolver nada porque no se puede aplicar retroactivamente.

¿Qué se hizo de la izquierda redentora y reinsertadora?

Hemos caído en el karma de que a más pena, más seguridad, cuando desde antes de la Ilustración sabemos que no es así. Las penas no intimidan por su gravedad, sino por su certeza, pero se insiste en que sean desproporcionadas.

¿Marchena ha demostrado que siempre hay un camino para condenar, con sedición o desórdenes?

Siempre se encuentra el camino, pero lo peligroso es que se sustituya la voluntad de la ley por la del tribunal. No interpretan, se han quedado fuera de la Constitución.

¿Qué sucedió penalmente en Cataluña?

Desde el punto de vista penal, hubo posibles delitos como invasión de competencias por parte del Parlament. La sedición era muy discutible, con la teoría del «acuerdo previo» en la conselleria de Economía que ahora ya no les sirve.

Me preocupa más el escaño que le robaron a Alberto Rodríguez de Podemos.

Lo que me pareció más alarmante fue el cruce de impresiones entre Marchena y la presidenta del Congreso, que finalmente cedió en una dejación de funciones de la segunda autoridad del Estado.

¿El Constitucional puede prohibir un debate parlamentario antes de que se celebre?

Lo ha hecho, pero no debe, fue una decisión que chirriaba. Claro que nadie se escandalizó cuando tuvo el mismo comportamiento en Cataluña. No se le puede decir a un parlamento lo que puede debatir, debe ser el primer poder.

¿Es normal que un fiscal llore por los acusados en un juicio?

No, pero en ese caso hubo pocas cosas normales. Y no lloró como fiscal, lloró como persona.

¿Y es normal que los acusados aplaudan al fiscal?

No es un espectáculo demasiado atractivo, y no conozco otros casos aparte de éste en los que haya ocurrido.

¿Antes no había alineación ideológica de los jueces?

Siempre la ha habido. Las oposiciones exigen cuatro años de dedicación exclusiva, solo al alcance de las clases pudientes. De ahí que el Derecho Penal sea tremendamente conservador. No debiera serlo, pero lo es.

¿Qué piensan en el extranjero de nuestra justicia penal?

Piensan en la desproporción entre un país con una tasa de delitos bastante baja pero que alterna el primer y segundo lugar en ocupación carcelaria, debido a las penas más largas de su Código Penal. Hay que cambiar esa cultura.

¿Para qué sirve la cárcel?

Para atemorizar. No resocializa, a lo sumo evita que los internos cometan delitos fuera. Los cometen dentro.

¿Qué recuerdos guarda de su estancia en la UIB?

Gratísimos, uno siempre piensa al cabo de los años que el error fue irse. Mantengo lazos, menos de los que desearía porque ya hemos perdido amigos.

ChatGPT aprobó el examen en la abogacía estadounidense, ¿juzgarán los ordenadores?

Confiemos en que no. A pesar de todo, a pesar de los jueces, creo más en una justicia aplicada por personas.

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