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Elecciones en Baleares

Elecciones en Baleares: Una carrera de fondo para atraer a votantes indecisos y escépticos

Los partidos se preparan ante una contraposición de modelos: la izquierda aviva un hipotético «recorte de derechos» del PP mientras la derecha habla de «gestión, moderación y libertad»

Marga Prohens, en cartel promocional / Lluís Apesteguia, Jaume Alzamora y Neus Truyol, candidatos de Més. DM

Cien días pueden ser una eternidad o un suspiro. Las próximas elecciones autonómicas y municipales de Baleares son un ejemplo claro de lo segundo. La izquierda llega, después de ocho años detentando el poder, con un desgaste importante por las promesas incumplidas, sobre todo en vivienda y movilidad, con el Pacto en constante desmarque. Aunque cuentan con gran ventaja: el mayor presupuesto de la historia de la Comunidad Autónoma. La derecha, en cambio, juega al correcaminos. El Partido Popular busca erigirse como única alternativa a la «falta de gestión» de Francina Armengol y su equipo de gobierno después de dos legislaturas —trasladable a consells y ayuntamientos— con el objetivo de capitalizar el descontento. Aunque enfrente tiene a un Vox envalentonado con una actitud cada vez más beligerante respecto a los de Marga Prohens porque quiere ser decisivo y asumir responsabilidades de gobierno si hay cambio de ciclo. Todos en busca del votante indeciso y escéptico.

El secretario de Organización del PSIB-PSOE, Cosme Bonet, afirma que en los comicios la ciudadanía de las islas «se juega continuar avanzando en derechos o retroceder con el Partido Popular» y acusa a los ‘populares’ de «no haber sido nunca el protagonista de un adelanto social para la gente de este país». En este sentido reivindica la subida del salario mínimo interprofesional, el convenio de hostelería y la reforma laboral en contraposición al «modelo de recortes» del PP.

La presidenta de los conservadores, Marga Prohens, explicitó ayer su esperanza: «Quedan 100 días para dar la palabra a los ciudadanos, 100 días para seguir sumando al proyecto del PP, para seguir explicando nuestro proyecto de gestión, de ilusión, moderación y libertad y que somos la alternativa y la garantía de cambio en las Illes Balears». Además la formación encara las elecciones como una contraposición de modelos antagónicos y confiesa que las sensaciones son muy buenas, como ejemplifican los fichajes de ediles en ayuntamientos como Calvià o Llucmajor, además del aumento en el número de afiliados de los últimos meses: «Podrán elegir entre el modelo de la propaganda, el intervencionismo y la prohibición de Francina Armengol o el modelo de la gestión, la moderación y la libertad de nuestro partido».

Por su parte el candidato de Més per Mallorca al Govern, Lluís Apesteguia, asegura que en caso de ganar los ejes que marcarán las políticas serán el decrecimiento turístico, la universalización del acceso a la vivienda, la defensa de la lengua catalana y su normalización en todos los ámbitos. En esta línea asegura que «el modelo turístico y la falta de autogobierno de las instituciones propias han provocado que no podamos esperar más y tengamos que afrontar urgentemente estos retos que tenemos como país».

Desde Vox destacan que «la ilusión vuelve» y confían en incluso doblar los resultados de 2019 —obtuvieron 34.668 votos— con un discurso que se repite en todo el territorio con especificidades respecto al rechazo del catalán en la sanidad y la educación: «España está cansada de restricciones abusivas, fanatismo ecológico, impuestos abusivos y falta de seguridad». Todo ello con un aviso constante al PP de que van a pedir entrar en el Govern si necesitan sus votos para gobernar. El último suspiro.

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